jueves, 18 de octubre de 2012

LA RELIGIÓN DEL MOMENTO: EL AMOR* by TONI JIMENEZ


Ser religioso no es ser un adorador, ser religioso no es ser un creyente. No es una proyección de la mente, no es un sometimiento al culto y convirtiendo al objeto adorado en un ególatra. Todo eso no es más que esclavitudes a las que nos sometemos por falta de consciencia, por ser totalmente inconscientes. Ser religioso es NO tener tu propia mente, pues la mente está en continuo esfuerzo por conquistar, por someter, por llegar algún sitio y salirse del momento. Siempre que apuntas en una dirección tienes una meta, una meta que te le aleja del presente que es dónde siempre estás. Una persona religiosa es aquella que está en el flujo de la vida, que fluye en la corriente del todo sabiendo y experimentando que el nexo de unión es el amor. Una persona religiosa sabe que no hay mañana, que siempre es hoy: aquí y ahora, que vive la magnitud del instante con toda su intensidad y plenitud, que no amas para mañana ni para ayer, que el amor es la vibración del presente en ti. Les recuerdo a los cristianos que el propio Jesús nos dice: “No pienses en el mañana, mira los lirios del campo, están floreciendo ahora. Todo lo que es, es ahora, todo lo que está vivo está vivo ahora. Ahora es el único tiempo, la única eternidad”. El cielo está ahí, no tienes que ir a ninguna parte.
“El destino conduce-dice Séneca-al sabio y arrastra al ignorante”. Y la ignorancia no es más que la inconsciencia. Te arrastrarás por la vida porque has creado tu propio patrón de conducta, porque quieres imponérselo a la vida, porque la parte (Tú) quiere dominar al todo en vez de fluir en él. ¿Qué es el suicido si no una protesta contra la vida, su no aceptación, porque te aislaste? Solo querías vivir de acuerdo a ti y no a la vida. Mi amado Leonardo nos decía: “La parte tiende a unirse al todo para perder su imperfección”. Tener una meta es estar aislado, te asilas en el “yo” intentando dominar al todo, sin darte cuenta que eres minúsculo, ínfimo, una partícula, e intentas arrastrar todo el universo para que se ponga a tu servicio. Al luchar, quedas desarraigado, te vuelves duro, violento en el intento de conquistar tu meta. Por eso la religión es el momento, el momento no lo tienes que conquistar, no es una meta, estás en él, sin esfuerzo, solo fluyendo. El fluir es el amor, la religión del momento:

Al nacer fui posible.
Al vivir soy posible,
El morir es posible,
Soy amor, soy momento,
En el Todo, todo es posible…

Cuando vives en el todo, el todo te alimenta a través del amor, cuando te aíslas tu nutrición tiene que ser robada al todo, estas mendigando, tu separación crea el ego: egoísmo.
Toni Jiménez, Pensamiento poesía.

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