viernes, 12 de octubre de 2012


    AUTÉNTICO **by TONI JIMENEZ

La persona auténtica es aquella que se ha encontrado consigo misma, que es fiel a sí misma. Aquella que se le rebela la existencia mostrándole su auténtica naturaleza, su ser ecológico emerge. Es auténtica cuando esa persona no vive en la periferia. La periferia es estar en su personalidad, su llamado carácter, su ego, pues este está formado por hábitos sicológicos que varían continuamente…  Te ha sido dada, ha sido captada en el exterior a ti: es prestada, es una guía dada por la sociedad para que encajes en ese modelo impuesto. Cuando no te adaptas a esa sociedad, la propia sociedad ha creado especialistas para que te eduquen y vuelvas a integrarte. Pero si esa sociedad te ha vuelto neurótico alejándote de ti mismo, de tu autenticidad, ¿cómo es posible que te devuelvan al mismo sitio dónde te neurotizaron?
Pocas personas son auténticas, casi todos sus actos los realizan para encajar en los demás. Se autocensuran por este motivo. Siempre están en el “tu debes”. Jamás escuchan “la voz del amoroso cuidado por ti mismo”.  Pocas personas afrontan este simple hecho. Se pierden esa belleza, esa plenitud, esa gracia, esa fruición intima que surge al ser auténticos. Lo auténtico es lo espontaneo, no es tu carácter: estás mecanizado, ahora eres predecible, siempre actúas igual, ya sabes lo que va a ocurrir. Es debido a ello que estás frustrado. ¿Lloras cuando no ocurre lo que tú deseas?
Cuando eres auténtico no te has disfrazado de algo, no portas máscaras, no estás siguiendo un ideal, no te identificas y ni te apegas a nada que te aleje de tu autenticidad, simplemente fluyes con la existencia. Puedes estar con los otros siendo tu mismo: cuando los centros se encuentran. No actúas, no finges, no vives en la periferia. Cuando eres auténtico no prometes nada, la autenticidad solo se manifiesta en presente y el presente no se promete, está sucediendo a través de la espontaneidad.  Si amas y se lo dices a la persona que amas, eres auténtico, pero no puedes prometer nada, no sabes que pasará dentro de un momento, no pones expectativas, porque entonces entra el ego y el amor desaparece. Por eso vive la intensidad del momento, su vibración, sin expectativas entra en su magnitud. Solo así evitarás la frustración. Lo amantes siempre se prometen cosa que no pueden cumplir y eso hace que se acentúen las distancias, las peleas, los conflictos llegan y todo el amor se transforma en desdichas. Ser auténtico significa no censurar tu naturaleza. Si tienes ganas de llorar, llora, verás la belleza de tus lágrimas. Es el lubricante de tus ojos, de tu tristeza, de tu malestar. Nunca unos ojos brillarán tanto como después de llorar. ¿Hay algo más hermoso que unos ojos humanos? Cuando eres auténtico no estás contra ti, no te pegas con tu propia energía al reprimirte. Eres feliz contigo mismo y no necesitas desenmascarar ni reformar a los demás aunque estén “satisfechos” con sus propias mentiras. Ser auténtico solo depende de ti: amor…
Ser auténtico es ser lo que estás destinado a ser por tu naturaleza. ¿Acaso puedes ser otra cosa? No puedes ser otro: ya eres. No puedes ser otra cosa. La sociedad te impone cosas y tienes que evitar el contacto contigo mismo al corromperte la mente y creando un ego: te lo da la sociedad, no es tuyo. Siempre intentan hacer de ti algo a lo que no estabas destinado a ser. Te hacen religioso y te dicen: imita a Jesús, imita a Buda, imita a Mahoma, una filosofía, un ideal, pero no seas tú mismo, no practiques esa libertad. Eres un impostor respecto a ti mismo, te imponen imágenes exteriores, ahora finges ser lo que no eres y actúas por el “tu debes”, pero no surge el “yo el quiero” y te sientes frustrado e insatisfecho. ¿Nos da miedo la libertad? Una persona auténtica siempre defenderá su plenitud, su felicidad, jamás la de otro. La única felicidad posible es ser tú mismo: solo ahí eres auténtico. ¿Respetas tu singularidad, o te comparas? Eres único, nadie es como tú, la existencia no se repite, no tienes ni las mismas huellas dactilares. Deja que los demás sean y se tú mismo, eso ser auténtico. La autenticidad no es un producto que los demás tengan y tú no, no puedes competir con nadie, eres exclusivo en tu autenticidad. Te enseñan todo menos a ser tu mismo, no confían en ti porque no confían en ellos mismos y te hacen sospechoso si no eres como ellos diciéndote que eres marginal. El ego es la flor de plástico, el auténtico es la flor de verdad cuyo aroma es: el amor, la inocencia y la espontaneidad. La gran conspiración: cuando eres niño te educan para que seas como ellos, te distraen de ser tú mismo. Después te sientes infeliz, triste, por no ser tu mismo al desviarte de la única felicidad posible: ser tú mismo, auténtico. Después al verte así te preguntan: “¿Por qué estás triste, por qué eres desgraciado”? Y, claro, te venden la felicidad de como deberías ser: primero te dan la enfermedad y ahora te recetan la medicina.
Toni Jiménez, Pensamiento poesía.

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