Era un día de invierno
Cuando me tropecé con el país de las hadas
No fue una experiencia profunda
Pero me resultó bella en extremo
Era temprano de mañana y la nieve había caído sobre los yerbazales
El campo estaba cubierto como por una densa manta blanca
La luz del sol tocó la nieve, añadiendo su propia magia peculiar
Y en ese panorama entró corriendo una zorra
Era de un rojo encendido
Como una llama galopante, una descendiente del sol
Avanzaba penosamente en la nieve y
Enloquecida, casi cayó bajo los cascos de mi caballo
Paré en seco, asombrado. Vi sus ojos desbordando pánico
Y los finos hilos de la niebla alrededor de su boca
Le abrí paso, mirando larga y fijamente
Mientras su fiera figura se retiraba en la blancura
Súbitamente, llegaron desde atrás
Furiosos ladridos y pesado golpetear de cascos
Oh zorra, criminal, perseguida por cazadores; endurecida ladrona
de las praderas
Estafadora del mundo natural
Pero oré desde lo hondo de mi corazón-
No, por favor, no la capturen
Deja que esta vida feroz se escabulla por los campos de nieve
El lugar quedará de lo contrario demasiado tranquilo y solitario
Esta es una escena sin significación
Pero su imagen está claramente grabada en mi memoria
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