Había cumplido mis 15 años
cuando me reclutaron en el ejército.
Ya adulto vuelvo al hogar.
En el camino de entrada
me encuentro con un paisano y
le pregunto por los míos, mi casa...
"¿Tu casa?, aquella es tu casa,
la que está entre los yuyos y plantas silvestres..."
Conejos se han metido por las endiduras,
faisanes vuelan desde las vigas del techo.
En lo que fuera el jardín crecen algunos granos silvestres y
en el estanque nadan unos pobres patos.
Con ese grano puedo hacer una sopa
y si cazo uno de los patos puedo cocinarme un guiso...
Sopa y guiso están listos,
pero no tengo con quién comerlos.
Aparto los platos y salgo al patio.
Miro al este y seco las lágrimas que
humedecen mis ropas.
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