martes, 23 de septiembre de 2008

Una visita a Ch'ang, el taoísta recluido en Nan-Ch'i poesia T'ang



A lo largo del camino
cubierto de musgo,
En dirección a tu choza,
descubro las huellas
de tus pasos.
Blancas nubes yacen ocultas
sobre tu silenciosa isla;
Fragantes hierbas crecen
hasta la altura
de tu inútil puerta.
Un chubasco pasajero
revela el color
de los pinos.
Vagando por los cerros
hallé el nacimiento
de un arroyo.
Arroyo, flores, meditación:
todo es uno y no sienten
la necesidad de hablar.

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