Desde la noche que sobre mi se cierne,
negra como su insondable abismo,
agradezco a los dioses si existen
por mi alma invicta.
Caído en las garras de la circunstancia
nadie me vio llorar ni pestañear.
Bajo los golpes del destino
mi cabeza ensangrentada sigue erguida.
Más allá de este lugar de lágrimas e ira
yacen los horrores de la sombra,
pero la amenaza de los años
me encuentra, y me encontrará, sin miedo.
No importa cuán estrecho sea el camino,
cuán cargada de castigo la sentencia.
Soy el amo de mi destino;
soy el capitán de mi alma
negra como su insondable abismo,
agradezco a los dioses si existen
por mi alma invicta.
Caído en las garras de la circunstancia
nadie me vio llorar ni pestañear.
Bajo los golpes del destino
mi cabeza ensangrentada sigue erguida.
Más allá de este lugar de lágrimas e ira
yacen los horrores de la sombra,
pero la amenaza de los años
me encuentra, y me encontrará, sin miedo.
No importa cuán estrecho sea el camino,
cuán cargada de castigo la sentencia.
Soy el amo de mi destino;
soy el capitán de mi alma
5 comentarios:
Curiosa imagen, Isthar.
Y bonito poema.
Ese es el objetivo: ser dueños de nuestro destino.
Abrazos.
PD: Bien-hallada de nuevo. Vuelvo a los mundos del blog con intención de quedarme. Aunque nunca se sabe...
hOLA Enrique tantisimo tiempo, como estan???deseo que muy bien.
Pasare por tus blogs,
Gracias por tu gratisima visita.
Un abrazo
hola, pues yo pasé por casualidad y a lo mejor que lo visite mas, me ha encantado todo lo que he sentido aquí :)
gracias y un saludo para el blog!
hOLA MANIPULADOR DE ALIMENTOS,gracias por tu amable visita eres bienvenido un cordial saludo
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