domingo, 2 de noviembre de 2008
EL SECRETO by RAQUEL JODOROWKY
Ha pasado un siglo.
Un día alguien levantará
una piedra abandonada
para estudiar
el pasado del mundo.
Y ahí debajo, ensombrecido
estará mi poema.
Nadie sabrá repetirlo.
Sobre la tierra, nuevos hombres
nuevos sonidos, nuevos poetas
van trabajando y cantan.
Así mis lágrimas quedarán
en secreto para siempre.
Y yo estaré feliz, con mi pena sólo mía
en un poema que no puede ya contaminar.
Impronunciada, inexistente
Sólo heredando el peso de las piedras…
AMA AMOR by RAQUEL JODOROWKY
Ama, amor
mientras yo estoy lejos.
Dentro de mí sostengo tu rostro inigualable
y le doy eternidad.
Creces en mí. No cambias.
Sólo el amor da el rostro de lo eterno.
Besa otras bocas
tan bellas como la mía
mientras estoy lejos.
No dejes que el tiempo
torne de agua tu mirada de animal
y seque tu belleza y ponga puntos blancos
en tu crin dorada y vuelva de paja
tus cabellos como los locos.
Ámame, amor
en otras
mientras estoy lejos.
No sea que se te olvide
el ejercicio de dar.
jueves, 30 de octubre de 2008
Árbol de la Esperanza Mantente firme by FRIDA KALHO
La vida callada
dadóra de mundos
Venados heridos
Ropas de tehuana
Rayos, penas, soles
Rítmos escondidos
La niña Mariana
Frutos ya muy vivos
La muerte se aleja
Lineas, formas, nidos
Las manos construyen
Los ojos abiertos
Los Diegos sentidos
Lágrimas enteras
Todas son muy claras
Cósmicas verdades
Que viven sin ruidos
Árbol de
Mantente firme
Niño mió de la gran Ocultadora by FRIDA KALHO
Son las seis de la mañana
y los guajolotes cantan,
Calor de humana ternura
Soledad acompañada
Jamás en toda la vida
olvidaré tu presencia
Me acogiste destrozada
y me devolviste entera integra
En ésta pequeña tierra
dónde pondre la mirada?
¡ Tan inmensa tan profunda!
Ya no hay tiempo, ya no hay nada
distancia. Hay ya solo realidad
Lo que fue, fue para siempre!
Lo que es, son las raíces
Que se asoman transparentes
transformadas
En árbol eterno
Tus frutos ya dan sus aromas
Tus flores dan su color
creciendo con la alegría de
los vientos y la flor
Nombre de Diego Nombre de amor
No dejes que le dé sed al
árbol que tanto te ama
que atesoró tu semilla
que cristalizó tu vida
a las seis de la mañana
Tu Frida 8 de diciembre de 1928
edad 28 años
No dejes que le dé sed
Al árbol del que eres sol
Que atesoró tu semilla
Es Diego nombre de amor
PARA DIEGO MIO by Frida kalho
Para Diego mio
La vida callada dadora
de mundos, lo que mas
importa es la no-ilusión
la mañana nace, los
rojos amigos, los grandes
azules, hojas en las manos
pájaros ruideros, dedos
en el pelo, nidos de paloma
raro entendimiento de la
lucha humana sencillez
del canto de la sinrazón
locura del viento en mi
corazón= que no rimen niña
=dulce xocolatl del México
antiguo, tormenta en la sangre
que entra por la boca
convulsión, augurio
risa y dientes finos ahujas
de perla, para algun regalo
de un siete de julio, lo
pido, me llega, canto
cantando, cantare desde
hoy nuestra mágica- amor.
RECUERDO by FRIDA KALHO
RECUERDO
Yo había sonreido. Nada más. Pero la claridad fue en mi y
en lo hondo de mi silencio
El me seguía. Como mi sombra, irreprochable y ligera
En la noche, sollozó un canto
Los indios se alargaban, sinuosos, por las callejas del pueblo
Iban envueltos en sarapes, a la danza, después de beber mezcal
Un arpa y una jarana eran la música y la alegria eran las morenas sonrientes
En el fondo, tras del "Zocalo", brillaba el río. Y se iba como
Los momentos de mi vida
El, me seguia
Yo terminé por llorar, arrinconada en el atrio de la parroquia
amparada por mi rebozo de bolita, que se empapo de lagrimas
miércoles, 29 de octubre de 2008
DEFINITIVA SOLEDAD by JOSE ALBI
¿Oyes el mar?
Eternamente estaremos escuchándolo.
Lo llevaremos dentro como la sangre, como la paz
como te llevo a ti misma.
Todo, todo irá acabando: la tristeza, la vida,
la soledad tan grande en que me has dejado.
Sólo el mar, amor mío, el mar sigue existiendo.
Me asomo: lo contemplo desde esta tarde lenta,
desde esta fría y herrumbrosa baranda
adonde no te asomas.
Amor, no estás conmigo. ¿Ves el silencio en torno?
Baja como las olas,
me roza como el río de tu piel,
se aleja para siempre.
Tú, mar, eterno mar de mi sueño,
sueño ya tú, lejana, irremediable.
El viento te acaricia. Yo soy el viento.
Pero estoy solo.
Y tú, tú estás lejana.
Sólo el mar te recuerda, te vive, te arrebata.
Siento tus labios, que es sentirte entera;
siento tu carne, calladamente mía.
Mis manos en el aire te dan vida,
y la playa, ya inútil sin tu huella,
deshabitada y torpe se aleja como el día.
Sólo la tarde existe;
existe y va muriendo. Unos dedos de espuma
me agitan los cabellos;
unas hojas doradas por el sol van cayendo.
Quizá son tus palabras,
quizá el cerco ya inútil de tus brazos.
como te nombra el mar. Algún abismo
se quiebra no sé dónde, y este mar que respiro
no es el mío
con capiteles rotos y con mirto.
Es tu terrible mar, tu ecuatoriana selva,
como tú, tormentosa; como tú, quieta, insospechada, dulce,
y otra vez angustiosa y arrebatada. Amor,
me vas muriendo. Este mar que era nuestro
me mira indiferente. Quisiera levantarme
como un viento tremendo
y sacudir las velas, descerrojar los brazos,
morirme a chorros.
Pero sólo el silencio. Yo, acodado en en el aire,
contemplo tu recuerdo.
No hay más que arena.
La ciudad, a lo lejos, se desdibuja.
Es un humo borroso como el olvido.
Ahora estiro los brazos y te busco.
Aquí están nuestras rocas. El mar se mira en ellas;
también te busca.
Una estrella de mar va acariciando mi sombra:
mi sombra que, sin la tuya, no es más que un pozo seco.
Esta tarde es como media vida: la media que me falta.
La que tú te has llevado.
No, no has venido.
Eternamente no vendrás. Caerán constelaciones,
se hundirán montes, siglos, tempestades,
y no vendrás. Y yo estaré mirando
lo que nos une todavía: el mar.
Un buque remotísimo buscará el horizonte;
pasará una pescador con sus cañas al hombro.
Sólo tú no vendrás.
No vendrás nunca
martes, 28 de octubre de 2008
El pájaro ruiseñor by CARMEN CONDE
El pájaro ruiseñor
A mi me canta en el pecho
un pájaro ruiseñor.
A ti te canta en la boca
el beso que te doy yo.
Cuántas aves se reúnen
para hacerse una canción!
Abro la mano y espero
que se pose el ruiseñor.
Cierras la boca y en ella
se mete mi corazón.
Cuídalo como yo cuido
en mi pecho al ruiseñor.
A UNA NARIZ by FRANCISCO DE QUEVEDO
érase una nariz superlativa,
érase una nariz sayón y escriba,
érase un pez espada muy barbado.
Era un reloj de sol mal encarado,
érase una alquitara pensativa,
érase un elefante boca arriba,
era Ovidio Nasón más narizado.
Érase un espolón de un galera,
érase una pirámide de Egipto;
las doce tribus de narices era.
Érase un naricísimo infinito,
muchísima nariz, nariz tan fiera,
que en la cara de Anás fuera delito.
DIALOGO ENTRE BABIECA Y ROCINANTE by cervantes
Diálogo entre Babieca y Rocinante
"¿Cómo estáis, Rocinante, tan delgado?"
"Porque nunca se come, y se trabaja."
"Pues ¿qué es de la cebada y de la paja?"
"No me deja mi amo ni un bocado."
"Anda, señor que estáis muy mal criado,
pues vuestra lengua de asno al amo ultraja."
"Asno se es de la cuna a la mortaja.
¿Queréislo ver? Miradlo enamorado."
"¿Es necedad amar?" "No es gran prudencia."
"Metafísico estáis." "Es que no como."
"Quejaos del escudero." "No es bastante.
¿Cómo me he de quejar, en mi dolencia,
si el amo y escudero o mayordomo
son tan rocines como Rocinantes?"
LA CIGÜEÑA by RAFAEL ALBERTI
EL LAGARTO ESTá LLORANDO by FEDERICO GARCIA LORCA
EL LAGARTO ESTÁ LLORANDO
El lagarto está llorando.
La lagarta está llorando.
El lagarto y la lagarta
con delantalitos blancos.
Han perdido sin querer
su anillo de desposados.
¡Ay, su anillito de plomo,
ay, su anillito plomado!
Un cielo grande y sin gente
monta en su globo a los pájaros.
El sol, capitán redondo,
lleva un chaleco de raso.
¡Miradlos qué viejos son!
¡Qué viejos son los lagartos!
¡Ay cómo lloran y lloran, ¡ay!,
¡ ay!, cómo están llorando!
MARIPOSA by Federico García Lorca
SE EQUIVOCo LA PALOMA by Rafael Alberti
Se equivocó la paloma
Se equivocó la paloma.
Se equivocaba.
Por ir al norte, fue al sur.
Creyó que el trigo era agua.
Se equivocaba.
Creyó que el mar era el cielo;
que la noche, la mañana.
Se equivocaba.
Que las estrellas, rocío;
que la calor; la nevada.
Se equivocaba.
Que tu falda era tu blusa;
que tu corazón, su casa.
Se equivocaba.
(Ella se durmió en la orilla.
Tú, en la cumbre de una rama.)
Rafael Alberti
lunes, 27 de octubre de 2008
LA CIUDAD SIN LAURA by Francisco Luis Bernárdez
LA CIUDAD SIN LAURA
En la ciudad callada y sola mi voz despierta una
profunda resonancia.
Mientras la noche va creciendo pronuncio un
nombre y este nombre me acompaña.
La soledad es poderosa pero sucumbe ante mi voz
enamorada.
No puede haber nada tan fuerte como una voz
cuando esa voz es la del alma.
En el sonido con que suena siento el sonido de
una música lejana.
Y en la energía remota que la mueve siento el calor de
una remota llamarada.
Porque mi voz es una chispa de aquella hoguera
que eterniza lo que abrasa.
Porque mi amor es una chispa de aquella hoguera
que eterniza lo que abrasa.
Para poblar este desierto me basta y sobra con
decir una palabra.
El dulce nombre que pronuncio para poblar este
desierto es el de Laura.
Las cosas son inteligibles porque este nombre de mujer
las ilumina.
Porque este nombre las arranca de las tinieblas en
que estaban sumergidas.
Una por una recuperan su resplandor espiritual y
resucitan.
Una por una se levantan con el candor y la belleza
que teman.
La obscuridad desaparece mientras el sueño silencioso
se disipa.
Por este nombre de los nombres hasta la muerte sin
palabras tiene vida.
Ya no resuena entre las cosas el gran torrente de las
noches y los días.
El tiempo calla y se detiene para escuchar esta perfecta
melodía.
Mi vida entera permanece porque este nombre que
recuerdo no me olvida.
Porque este nombre me sostiene con emoción desde su
tierna lejanía.
Cuando mi boca lo ignoraba, la soledad era más honda
que el silencio.
Cuando mi boca estaba muda, mi corazón era invisible
como el viento.
Se conocía que vivía por la canción que lo tenía
prisionero.
Pero vivía en otro mundo; para las cosas de este mundo
estaba muerto.
Le pesadumbre de las horas era mas íntima que nunca
en aquel tiempo.
Porque las noches eran largas; porque los días de las noches
eran lentos.
La tierra estaba más obscura porque faltaban las estrellas
en el cielo.
El manantial de donde brota la luz que alumbra el corazón
estaba seco.
¿Qué hubiera sido de mi vida sin este nombre que pronuncio
en el desierto ?
¿Qué hubiera sido de mi vida sin este amor que me acompaña
desde lejos?
Lejos está la dulce causa del corazón, de la cabeza y de la mano.
Pero su ausencia es la del río, que con la fuente que lo llora
vive atado.
Nunca he sentido como ahora la vecindad de la mujer que estoy
cantando.
Cuando el amor está presente no puede haber nada escondido
ni lejano.
La luz del fuego que me alumbra ¿no es la que alumbra el corazón
del ser amado ?
La llamarada que me quema ¿no es la del fuego en que se quema
sin descanso ?
Aunque las leguas se interponen entre nosotros, ya no pueden
separarnos.
Porque el amor que vence al tiempo no puede estar sino a cubierto
del espacio.
Entre la dicha y mi existencia la diferencia que hubo ayer se va
borrando.
El ser que nombro es el que, siendo, me da una vida sin dolor ni
sobresalto.
SONETO GRABADO EN EL TRONCO DE UN ARBOL by Francisco Luis Bernárdez
SONETO GRABADO EN EL TRONCO DE UN ÁRBOL
Aquel afán de ser, árbol amigo,
que me dejó grabado en tu corteza
fue tan grande y de tal naturaleza
que mientras vivas viviré contigo;
Pues hasta cuando el tiempo, su enemigo,
me haya borrado de tu fortaleza,
y estén muertas la mano y la cabeza
que me han dejado aquí, como testigo,
aquel afán de vida que me inflama
subirá con tu savia confundido
y, en un último esfuerzo de su ardor,
se asomará al temblor de cada rama,
al sagrado calor de cada nido
y al silencio feliz de cada flor.
imagen de la web
SONETO LEJANO by Francisco Luis Bernárdez
SONETO LEJANO
Bello sería el río de mi canto,
que arrastra por el mundo su corriente,
si dicho canto no naciera en cuanto
el río se separa de la fuente.
Bello sería el silencioso llanto
de la estrella en la noche de mi frente
si dicha estrella no distara tanto
de quien le da la luz resplandeciente.
Bello sería el árbol de mi vida
si la raíz de amor lo sostuviera
sin estar alejada y escondida.
Bello sería el viento que me nombra
si la voz que me llama no estuviera
perdida en la distancia y en la sombra.
NIÑO QUERIDO by Francisco Luis Bernárdez
Niño querido:
ya viene el sueño
Por el camino
De los luceros.
Ya se sienten
Galopar
Sus caballos
De cristal.
El sueño cruza
Tierras dormidas,
y de repente
Dobla tu esquina.
Por tu calle
Ya se ve
Su carroza
De papel.
Niño querido:
El sueño avanza
y se detiene
Frente a tu casa.
Ya levanta
Tu aldabón
Con su mano
De algodón.
Ya se oye el grillo
Que, con su llave,
Le abre la puerta
Para que pase.
y el viajero
Llega a ti.
Con su paso
de alhelí.
SONETO A ALFIO MANUNZIO by Francisco Luis Bernánrez
SONETO A ALFO MANUZIO
De su maravillosa arquitectura,
Cuya seguridad serena y pura
Es más fuerte que el tiempo y su porfía,
Alza la claridad de su estructura,
Dando cuerpo de paz y de dulzura
Al alma de la eterna poesía.
La letra y el espíritu inflamados
Unan su voluntad y su poder,
Y en el tiempo dramático y sombrío
Con la luz y el calor de un solo ser.
Francisco Luis Bernárdez
ESTAR ENAMORADO by Francisco Luis Bernárdez
Estar enamorado
Estar enamorado, amigos, es encontrar
el nombre justo a la vida.
Es dar al fin con las palabras que para hacer
frente a la muerte se precisa.
Es recobrar la llave oculta que abre la cárcel
en que el alma está cautiva.
Es levantarse de la tierra con una fuerza que
reclama desde arriba.
Es respirar el ancho viento que por encima de
la carne respira.
Es contemplar, desde la cumbre de la persona,
la razón de las heridas.
Es advertir en unos ojos una mirada verdadera
que nos mira.
Es escuchar en una boca la propia voz
profundamente repetida.
Es sorprender en unas manos ese calor de la
perfecta compañía.
Es sospechar que, para siempre, la soledad
de nuestra sombra está vencida.
Estar enamorado amigos, es descubrir dónde
se juntan cuerpo y alma.
Es percibir en el desierto la cristalina voz de
un río que nos llama.
Es ver el mar desde la torre donde ha quedado
prisionera nuestra infancia.
Es apoyar los ojos tristes en un paisaje de
cigüeñas y campanas.
Es ocupar un territorio donde conviven los
perfumes y las armas.
Es dar la ley a cada rosa y al mismo tiempo
recibirla de su espada.
Es confundir el sentimiento con una hoguera
que del pecho se levanta.
Es gobernar la luz del fuego y al mismo tiempo
ser esclavo de la llama.
Es entender la pensativa conversación del
corazón y la distancia.
Es encontrar el derrotero que lleva al reino de
la música sin tasa.
Estar enamorado, amigos, es adueñarse de
las noches y los días.
Es olvidar entre los dedos emocionados la
cabeza distraída.
Es recordar a Garcilazo cuando se siente la
canción de una herrería.
Es ir leyendo lo que escriben en el espacio las
primeras golondrinas.
Es ver la estrella de la tarde por la ventana de
una casa campesina.
Es contemplar un tren que pasa por la montaña
con las luces encendidas.
Es comprender perfectamente que no hay
fronteras entre el sueño y la vigilia.
Es ignorar en qué consiste la diferencia entre
la pena y la alegría.
Es escuchar a medianoche la vagabunda
confesión de la llovizna.
Es divisar en las tinieblas del corazón una
pequeña lucecita.
Estar enamorado, amigos, es padecer espacio
y tiempo con dulzura.
Es despertarse una mañana con el secreto de
las flores y las frutas.
Es libertarse de sí mismo y estar unido con
las otras criaturas.
Es no saber si son ajenas o son propias las
lejanas amarguras.
Es remontar hasta la fuente las aguas turbias
del torrente de la angustia.
Es compartir la luz del mundo y al mismo
tiempo compartir su noche obscura.
Es asombrarse y alegrarse de que la luna
todavía sea luna.
Es comprobar en cuerpo y alma que la tarea
de ser hombre es menos dura.
Es empezar a decir siempre, y en adelante no
volver a decir nunca.
Y es, además, amigos míos, estar seguro de
tener las manos puras.
miércoles, 15 de octubre de 2008
DIRE COMO NACISTEIS by LUIS CERNUDA
Diré cómo nacisteis, placeres prohibidos,
Como nace un deseo sobre torres de espanto,
Amenazadores barrotes, hiel descolorida,
Noche petrificada a fuerza de puños,
Ante todos, incluso el más rebelde,
Apto solamente en la vida sin muros.
Corazas infranqueables, lanzas o puñales,
Todo es bueno si deforma un cuerpo;
Tu deseo es beber esas hojas lascivas
O dormir en esa agua acariciadora.
No importa;
Ya declaran tu espíritu impuro.
No importa la pureza, los dones que un destino
Levantó hacia las aves con manos imperecederas;
No importa la juventud, sueño más que hombre,
La sonrisa tan noble, playa de seda bajo la tempestad
De un régimen caído.
Placeres prohibidos, planetas terrenales,
Miembros de mármol con sabor de estío,
Jugo de esponjas abandonadas por el mar,
Flores de hierro, resonantes como el pecho de un hombre.
Soledades altivas, coronas derribadas,
Libertades memorables, manto de juventudes;
Quien insulta esos frutos, tinieblas en la lengua,
Es vil como un rey, como sombra de rey
Arrastrándose a los pies de la tierra
Para conseguir un trozo de vida.
No sabía los límites impuestos,
Límites de metal o papel,
Ya que el azar le hizo abrir los ojos bajo una luz tan alta,
Adonde no llegan realidades vacías,
Leyes hediondas, códigos, ratas de paisajes derruidos.
Extender entonces una mano
Es hallar una montaña que prohíbe,
Un bosque impenetrable que niega,
Un mar que traga adolescentes rebeldes.
Pero si la ira, el ultraje, el oprobio y la muerte,
Ávidos dientes sin carne todavía,
Amenazan abriendo sus torrentes,
De otro lado vosotros, placeres prohibidos,
Bronce de orgullo, blasfemia que nada precipita,
Tendéis en una mano el misterio.
Sabor que ninguna amargura corrompe,
Cielos, cielos relampagueantes que aniquilan.
Abajo, estatuas anónimas,
Sombras de sombras, miseria, preceptos de niebla;
Una chispa de aquellos placeres
Brilla en la hora vengativa.
Su fulgor puede destruir vuestro mundo.
DIME by LUIS BORGES
Dime por favor donde no estás
en qué lugar puedo no ser tu ausencia
dónde puedo vivir sin recordarte,
y dónde recordar, sin que me duela.
Dime por favor en que vacío,
no está tu sombra llenando los centros;
dónde mi soledad es ella misma,
y no el sentir que tú te encuentras lejos.
Dime por favor por qué camino,
podré yo caminar, sin ser tu huella;
dónde podré correr no por buscarte,
y dónde descanzar de mi tristeza.
Dime por favor cuál es la noche,
que no tiene el color de tu mirada;
cuál es el sol, que tiene luz tan solo,
y no la sensación de que me llamas.
Dime por favor donde hay un mar,
que no susurre a mis oídos tus palabras.
Dime por favor en qué rincón,
nadie podrá ver mi tristeza;
dime cuál es el hueco de mi almohada,
que no tiene apoyada tu cabeza.
Dime por favor cuál es la noche,
en que vendrás, para velar tu sueño;
que no puedo vivir, porque te extraño;
y que no puedo morir, porque te quiero.
SOLO ROMERO by LEON FELIPE
Ser en la vida romero,
romero sólo que cruza siempre por caminos nuevos.
Ser en la vida romero,
sin más oficio, sin otro nombre y sin pueblo.
Ser en la vida romero, romero..., sólo romero.
Que no hagan callo las cosas ni en el alma ni en el cuerpo,
pasar por todo una vez, una vez sólo y ligero,
ligero, siempre ligero.
Que no se acostumbre el pie a pisar el mismo suelo,
ni el tablado de la farsa, ni la losa de los templos
para que nunca recemos
como el sacristán los rezos,
ni como el cómico viejo
digamos los versos.
La mano ociosa es quien tiene más fino el tacto en los dedos,
decía el príncipe Hamlet, viendo
cómo cavaba una fosa y cantaba al mismo tiempo
un sepulturero.
No sabiendo los oficios los haremos con respeto.
Para enterrar a los muertos
como debemos
cualquiera sirve, cualquiera... menos un sepulturero.
Un día todos sabemos
hacer justicia. Tan bien como el rey hebreo
la hizo Sancho el escudero
y el villano Pedro Crespo.
Que no hagan callo las cosas ni en el alma ni en el cuerpo.
Pasar por todo una vez, una vez sólo y ligero,
ligero, siempre ligero.
Sensibles a todo viento
y bajo todos los cielos,
poetas, nunca cantemos
la vida de un mismo pueblo
ni la flor de un solo huerto.
Que sean todos los pueblos
y todos los huertos nuestros.
QUE LASTIMA by LEON FELIPE
¡Qué lástima
que yo no pueda cantar a la usanza
de este tiempo lo mismo que los poetas que hoy cantan!
¡Qué lástima
que yo no pueda entonar con una voz engolada
esas brillantes romanzas
a las glorias de la patria!
¡Qué lástima
que yo no tenga una patria!
Sé que la historia es la misma, la misma siempre, que pasa
desde una tierra a otra tierra, desde una raza
a otra raza,
como pasan
esas tormentas de estío desde esta a aquella comarca.
¡Qué lástima
que yo no tenga comarca,
patria chica, tierra provinciana!
Debí nacer en la entraña
de la estepa castellana
y fui a nacer en un pueblo del que no recuerdo nada;
pasé los días azules de mi infancia en Salamanca,
y mi juventud, una juventud sombría, en la Montaña.
Después... ya no he vuelto a echar el ancla,
y ninguna de estas tierras me levanta
ni me exalta
para poder cantar siempre en la misma tonada
al mismo río que pasa
rodando las mismas aguas,
al mismo cielo, al mismo campo y en la misma casa.
¡Qué lástima
que yo no tenga una casa!
Una casa solariega y blasonada,
una casa
en que guardara,
a más de otras cosas raras,
un sillón viejo de cuero, una mesa apolillada
(que me contaran
viejas historias domésticas como a Francis Jammes y a Ayala)
y el retrato de un mi abuelo que ganara
una batalla.
¡Qué lástima
que yo no tenga un abuelo que ganara
una batalla,
retratado con una mano cruzada
en el pecho, y la otra en el puño de la espada!
Y, ¡qué lástima
que yo no tenga siquiera una espada!
Porque..., ¿Qué voy a cantar si no tengo ni una patria,
ni una tierra provinciana,
ni una casa
solariega y blasonada,
ni el retrato de un mi abuelo que ganara
una batalla,
ni un sillón viejo de cuero, ni una mesa, ni una espada?
¡Qué voy a cantar si soy un paria
que apenas tiene una capa!
Sin embargo...
en esta tierra de España
y en un pueblo de la Alcarria
hay una casa
en la que estoy de posada
y donde tengo, prestadas,
una mesa de pino y una silla de paja.
Un libro tengo también. Y todo mi ajuar se halla
en una sala
muy amplia
y muy blanca
que está en la parte más baja
y más fresca de la casa.
Tiene una luz muy clara
esta sala
tan amplia
y tan blanca...
Una luz muy clara
que entra por una ventana
que da a una calle muy ancha.
Y a la luz de esta ventana
vengo todas las mañanas.
Aquí me siento sobre mi silla de paja
y venzo las horas largas
leyendo en mi libro y viendo cómo pasa
la gente a través de la ventana.
Cosas de poca importancia
parecen un libro y el cristal de una ventana
en un pueblo de la Alcarria,
y, sin embargo, le basta
para sentir todo el ritmo de la vida a mi alma.
Que todo el ritmo del mundo por estos cristales pasa
cuando pasan
ese pastor que va detrás de las cabras
con una enorme cayada,
esa mujer agobiada
con una carga
de leña en la espalda,
esos mendigos que vienen arrastrando sus miserias, de Pastrana,
y esa niña que va a la escuela de tan mala gana.
¡Oh, esa niña! Hace un alto en mi ventana
siempre y se queda a los cristales pegada
como si fuera una estampa.
¡Qué gracia
tiene su cara
en el cristal aplastada
con la barbilla sumida y la naricilla chata!
Yo me río mucho mirándola
y la digo que es una niña muy guapa...
Ella entonces me llama
¡tonto!, y se marcha.
¡Pobre niña! Ya no pasa
por esta calle tan ancha
caminando hacia la escuela de muy mala gana,
ni se para
en mi ventana,
ni se queda a los cristales pegada
como si fuera una estampa.
Que un día se puso mala,
muy mala,
y otro día doblaron por ella a muerto las campanas.
Y en una tarde muy clara,
por esta calle tan ancha,
al través de la ventana,
vi cómo se la llevaban
en una caja
muy blanca...
En una caja
muy blanca
que tenía un cristalito en la tapa.
Por aquel cristal se la veía la cara
lo mismo que cuando estaba
pegadita al cristal de mi ventana...
Al cristal de esta ventana
que ahora me recuerda siempre el cristalito de aquella caja
tan blanca.
Todo el ritmo de la vida pasa
por el cristal de mi ventana...
¡Y la muerte también pasa!
¡Qué lástima
que no pudiendo cantar otras hazañas,
porque no tengo una patria,
ni una tierra provinciana,
ni una casa
solariega y blasonada,
ni el retrato de un mi abuelo que ganara
una batalla,
ni un sillón de viejo cuero, ni una mesa, ni una espada,
y soy un paria
que apenas tiene una capa...
venga, forzado, a cantar cosas de poca importancia!
CREDO by LEON FELIPE
Aquí estoy...
En este mundo todavía... Viejo y cansado... Esperando
a que me llamen...
Muchas veces he querido escaparme por la puerta maldita
y condenada
y siempre un ángel invisible me ha tocado en el hombro
y me ha dicho severo:
No, no es la hora todavía... hay que esperar...
Y aquí estoy esperando...
con el mismo traje viejo de ayer,
haciendo recuentos y memoria,
haciendo examen de conciencia,
escudriñando agudamente mi vida...
¡Qué desastre!... ¡Ni un talento!... Todo lo perdí.
Sólo mis ojos saben aún llorar. Esto es lo que me queda...
Y mi esperanza se levanta para decir acongojada:
Otra vez lo haré mejor, Señor,
porque... ¿no es cierto que volvemos a nacer?
¿No es cierto que de alguna manera volvemos a nacer?
Creo que Dios nos da siempre otra vida,
otras vidas nuevas,
otros cuerpos con otras herramientas,
con otros instrumentos... Otras cajas sonoras
donde el alma inmortal y viajera se mueva mejor
para ir corrigiendo lentamente,
muy lentamente, a través de los siglos,
nuestros viejos pecados,
nuestros tercos pecados...
para ir eliminando poco a poco
el veneno original de nuestra sangre
que viene de muy lejos.
Corre el tiempo y lo derrumba todo, lo transforma todo.
Sin embargo pasan los siglos y el alma está, en otro sitio...
¡pero está!
Creo que tenemos muchas vidas,
que todas son purgatorios sucesivos,
y que esos purgatorios sucesivos, todos juntos,
constituyen el infierno, el infierno purificador,
al final del cual está la Luz, el Gran Dios, esperándonos.
Ni el infierno... ni el fuego y el dolor son eternos.
Sólo la Luz brilla sin tregua,
diamantina,
infinita,
misericordiosa,
perdurable por los siglos de los siglos...
Ahí está siempre con sus divinos atributos.
Sólo mis ojos hoy son incapaces de verla...
estos pobres ojos que no saben aún más que llorar.
sábado, 11 de octubre de 2008
PRAGA, 1924 by LOURDES GIL
Marina Tsvetayeva.
O rehaces
bajo la cimitarra de la luna
las viejas plazoletas de la ciudad
con telarañas que se escurren
por rajaduras del empedrado medieval.
Quizás andas aun por la Colina de Smijovski
y enciendes las bujías moscovitas
con trazos insomnes y cirílicos.
Todo parece abordar ese momento inútil
de las conversiones. El momento
de la rebelde despedida
que rehuimos en medio del tumulto.
Me asomo a tu pliego de papel
y te estremeces desde el oscuro fondo
de la capilla. Escribes (asediada todavía)
como el pánico rueda por tu pluma.
Escribes sin las retorceduras
de los códigos de hoy, naturalmente.
Escribes lo que luego tuvimos que aprender:
que la casa se derrumba
que el cielo de hojalata esta oxidado
que es una franja de acero el malecón
y la lluvia una melena vertical.
Se arrinconaban los augurios
tras los frescos altivos de San Jorge.
En tu oda (oda desmesurada) a Rilke
lo reclamaste del mármol de la muerte.
El fulgor de tu mente diviso su Poema del fin
el mismo fin de las adelfas de tu cuerpo
que fue un paisaje azul petersburgués
de sensaciones majestuosas.
En el espacio contiguo crecían pústulas
y en tus versos
las desarticulaciones de la elipse
se abrían como gavetas de amargura
como un manto egipcio de néctares secretos
resbalando hacia su nuevo reino:
heno llama enceguecedora herida
y sándalo aromoso.
Todo esta a punto de desentrañarse.
De desvalijarte Marina
de la capucha marrón en que realiza su viaje
la existencia.
La luna también crece
brilla su hoz siega a golpes tu melancolía
tus silabas preñadas de absolutos
de amenazantes negaciones.
Los fantasmas alargados de los peregrinos
conversan en los puentes
como lóbulos anclados bajo el hielo.
En la mas alta latitud
cuelgan inermes las cabezas de tus hijos.
Todo esta a punto de desmoronarse
a tu alrededor. Una visión de la guadaña
se desliza por frente de la luna
como por una montaña inusitada.
La montaña es el nuevo reino, dices.
Mas cuando el gigante imponente se desploma
dices que Dios es un árbol baobab
que se dilata.
Que hay otro dios encima que no vemos.
Rilke esta en la montaña. Su ceno
es un espejo de barro que tampoco vemos.
El río se esclarece, casi gorjea
en su sabiduría de murmullos
y elegías sepultadas de murmullos.
¿Traerá de nuevo en sus azogues transparentes
el espejo capaz de proyectar tu imagen
al espacio
para que puedas volver a componer el mundo
de acuerdo a tus designios?
CUANDO NACIO GABRIEL by LOURDES GIL
dormí en su sombra caudalosa, en su letargo
de visiones. Pero se resquebró
el codicioso anillo de mis complacencias.
Se oscurecía el jaspe de su rostro.
Comenzó todo a teñirse de destellos:
el paisaje precipitado tras las casas
que limitan nuestro patio,
la tapia que se cierne descuidada
por sobre la gravilla,
los azulejos que celebran conciliábulos
por hacer menos cruento a abril.
Dentro, las lenguas amarillas de las lámparas
hurgan por entre las ranuras del parquet.
Hay un grato olor a incienso
y a hierbas aromáticas
que esparce hirviente la vigilia.
Cuando nació Gabriel huyeron los siniestros
personajes que en la niñez se aferraron
a mis linfas. Derrote la añoranza
de lo que quedaría sin hacer
o sin remedio. Se inicio una aventura,
un rumor insondable de mitos
de ascuas de amapola
de gráciles refugios mas acá del horizonte.
Cuando nació Gabriel todo se recubrió
de aureolas y de mirra
de pálidos dibujos y relentes secretos.
Todo fue Mahler y trébol y eclipse sonoro.
Todo fue el soplo indomable
del ardor que se derrama
desde la estoica solidez de los jarrones.
DESVELO DE LOS PAJAROS ANOCHE by LOURDES GIL
Toda la noche los oímos volar:
su vuelo era el dibujo orbicular de los presagios,
la simiente derramándose en lo oscuro.
Durante noches infinitas desvelados
no supimos leer en la penumbra el aleteo.
Nada enseñaba ya San Juan después de tantos siglos,
Ni oscuridad sonora ni cena que lograra
enamorarnos. Somos los abandonados de la fe,
los sumidos de álgida alegría y rechinar de dientes.
Como advertir las lides del amor, los mensajes
de las calandrias en la sombra
sin festines de San Juan ni recreo de los sentidos,
con nuestras conjeturas habituales
desvaneciéndose en el aire.
Si se inundaba de pétalos la noche y no
nos enterábamos.
Se colmaba de juncos amarillos cada hebra abierta
del otoño, de besos desbordantes,
de la ternura que ahora se vuelca compartida
y que creímos se había perdido para siempre.
No veíamos ninguna de estas cosas.
No entendimos lo que el sueño traía a diario
en su arpillera. No comprendimos
la fábula que iba depositándose en furias
y poemas
sobre el párpado. Ni los nenúfares
que enrojecían a la luz y perforábanse de arpegios
si se juntaban nuestras manos.
No asumimos la asfixia del deseo
alojado en su arco interminable de inocencia.
Era un vuelo de aves lo que oímos pasar,
un alvéolo de estrellas que hace miles de años
están muertas y fosforescen todavía.
Ah, fuga de los dioses, abandono, torrentes
de la lluvia, gritos de cimarrón, de profecías
incumplidas en los montes. Himnos vedas himnos
pánicos, misterio inasible del amor,
anclaje vegetal de una pasión, su anillo de oro,
celo ensordecedor de la cigarra,
la verde seducción de su quejido, de su vientre
al temblor de la corteza de los arces.
Descorre los visillos. Que nos visiten
el cuello arqueado de la anémona,
el sibilante ruego del país perdido,
los coros de aves cubiertas de guirnaldas.
Desde el coral los canes mudos del cronista
anuncian el regreso de los dioses.
Hinchan de almizcle las vasijas con sus fértiles
danzas. Desasidos de todo van cayendo exhaustos
sobre nuestros cuerpos dormidos, desnudos.
martes, 7 de octubre de 2008
SUEñOS FLOTANTES by SUN GUANGXIAN
Mi corazón se rompe en primavera.
Como las flores arrancadas de un tajo
o amante avecilla separada de su pareja,
otra vez esta escena de abandono.
Cubro el espejo y me rizo las cejas.
si he de seguir este sendero de dulce yerba,
deja que el viento sople sobre mis sueños,
y así pueda yo seguirle a todas partes
todo el dia
UNA VISITA A CH'ANG, EL TAOÍSTA RECLUIDO DE NAN-CH'I Liu Chang-Ch'ing
A lo largo del camino
cubierto de musgo,
En dirección a tu choza,
descubro las huellas
de tus pasos.
Blancas nubes yacen ocultas
sobre tu silenciosa isla;
Fragantes hierbas crecen
hasta la altura
de tu inútil puerta.
Un chubasco pasajero
revela el color
de los pinos.
Vagando por los cerros
hallé el nacimiento
de un arroyo.
Arroyo, flores, meditación:
todo es uno y no sienten
la necesidad de hablar.
Literalmente: Barranca occidental
RÍO NEVADO Liu Tsung-Yüan
SOBRE LA TORRE DESDE LA CUAL SE DOMINA EL RÍO Po Chü-I Junto al río se yergue la torre de cien pies de alto; Por allí pasa una extensa carretera de m
SOBRE LA TORRE DESDE LA CUAL SE DOMINA EL RÍO
Po Chü-I
Junto al río se yergue
la torre de cien pies de alto;
Por allí pasa una extensa
carretera de mil de millas;
Contemplar el lejano horizonte
desde esta altura
Me basta para confortar
la mente y el corazón.
Los correos no se detienen
a todo lo largo del camino,
Los soldados se precipitan
hacia sus guarniciones.
En tiempos tan turbulentos
Siento de manera especial
que es bueno estar ocioso.
Ahora que he pasado los cuarenta,
En verdad, no es demasiado pronto
para que me retire.
Déjame que ahora limpie
los vestidos manchados de polvo.
No es demasiado tarde
para que retorne a los cerros.
AGASAJANDO A UNA COMITIVA DE LETRADOS UN DÍA DE LLUVIA EN CASA DEL GOBERNADOR Wei Ying-Wu
AGASAJANDO A UNA COMITIVA DE LETRADOS
UN DÍA DE LLUVIA EN CASA DEL GOBERNADOR
Wei Ying-Wu
La bien disciplinada guardia
presenta sus lanzas.
En la cámara del huésped oficial
se siente una exquisita fragancia;
El viento y la lluvia arrojan
violentamente el agua;
Pero nosotros estamos cómodos
en un tibio aposento
desde el cual se divisa el lago.
De momento, inquietud y temor
han sido ahuyentados.
Otra vez mis honorables huéspedes
se arremolinan en el amplio salón;
En cuanto a mí, me siento avergonzado
de vivir aquí
de manera tan extravagante
Mientras pienso en mi pueblo
que sufre privaciones.
Pero sofoquemos estos escrúpulos
de conciencia
Y sigamos nuestra inclinación natural.
Aunque debemos prescindir
de las viandas frescas,
Hay gran abundancia
de frutas y vegetales.
Dignaos beber un vaso de vino
Mientras escucho con atención
la recitación de vuestros poemas.
Cuando el espíritu es feliz
el cuerpo se aligera,
Y querría cabalgar
en las alas del viento.
Su-chou es el hogar de todos
los hombres de letras;
Una gran ola de cultura se ha extendido
espontáneamente aquí.
¿Cómo se puede decir
que los confines de este gran estado
descansan sobre la riqueza
y el poder únicamente?
Li Ch´ing-Chao (1084-1151)
¿Quién plantaría, bajo mi ventana, este plátano?
Sus sombras cubren el patio.
Tercera vela; oigo, bajo mi almohada, el bisbiseo,
la incesante llovizna.
Cae, gota a gota, cae sinr espiro.
Cae.
No me levanto ni la escucho:
me acompaña mi pena.
El kiosco y el riachuelo.
El placer compartido. Corrió el vino.
Ebrios y ya saciados, extraviamos el rumbo.
Nuestra barca flotando en la corriente,
apresada de pronto por racimos de lotos.
Remamos y remamos.
Vasto rumor de alas: airones y gaviotas,
su sueño interrumpido, volaban en la orilla.
El viento cede.
Fragancia de pétalos caídos hace poco.
El vaho de la tieera.
Avanza la mañana y me cansa peinarme.
Todo está igual pero él se ha ido
y todo está vacío.
Las palabras traicionan: habla mejor el llanto.
Dicen que en dos arroyos todavía
la primavera es primavera.
¡Flotar allá, mecida por las aguas!
Pero con tanta pena
mi frágil barco se hundiría.
Se disipa el aroma del loto rojo.
La estera, fría, huele a otoño.
Abro mi vestido y, sola, salto en la barca.
¿Quién me envía un mensaje, allá entre las nubes?
Una escuadra de patos salvajes
traza en el cielo signo ilegibles.
La luna inunda la torre del oeste.
Han de caer los pétalos,
ha de correr el agua infatigable.
Dos soledades: un mismo sentimiento
nos une y nos separa.
Quisiera no pensar en todo esto y es inútil:
mi cabeza vacía, mi corazón henchido.
Anoche, por el vino, me despeiné ya tarde.
En el ramo, ya seco, pétalos de ciruelo.
Sueño de primavera, roto
por el sabor del vino: despierto a mi presente.
La luna, arriba, quieta.
Cierran las alas las cortinas... Y sin embargo
yo todavía rozo estos pétalos caídos,
todavía me envuelve este perfume
que no acaba de irse
y toco este momento todavía.
EL TAO
Hablar poco es lo natural.
Un huracán no puede durar toda la mañana.
Una tormenta no puede durar todo el día.
¿Qué produce todo esto?
El Cielo y la Tierra
Si ni siquiera el Cielo y la Tierra
Pueden durar eternamente
¿no ocurrió lo mismo.
Y con mayor razón, con el hombre?
Quien obra con arreglo al Tao,
Se identifica con el Tao
Cuando tiene éxito,
Se identifica con el éxito;
Cuando fracasa
se identifica con el fracaso
Camina con el Tao
camina contento.
Cuando gana,
Gana con su Virtud y gana contento
Cuando pierde.
Pierde con el Tao y pierde contento,
Si la fe no es suficiente
Es que no se tiene fe.
EL REBAñO DE CABALLOS SALVAJES by ZHOU TAO
EL REBAÑO DE CABALLOS SALVAJES
Erguidos están en la llanura salvaje
Dejando que el viento del desierto despeine sus crines
Los cuellos estirados contemplando tristes el encuentro de cielo y tierra
El horizonte nunca alcanzable
En nudos
Formando por tripartición en la extensión de cielo y tierra
Un cuadro de supervivencia por mutua confianza
Contrariamente a los caballos comunes
Que son sus familiares
Arrastran tupidas colas sobre la maleza
Enredadas crines sobre pecho cuello y frente
Nunca peinados o adornados
Sus lomos cubiertos de polvo
No llevan plateados aparejos
Sus robustas ancas
No llevan marcas del hierro
Difícil hallar docilidad
En sus tozudos ojos salvajes
Descendientes de aquellos que sudaban sangre
Progenie de los férreos atacantes turcos
Supervivientes accidentales
Que migran desde antiguas batallas
De una campaña cruel
Históricos testigos de una tierra estéril
Nobles entre los caballos del ayer
Desprovistos de suntuosos establos
Vagabundos de la intemperie
Confrontados con la amenaza de extinción
Contendiendo con manadas de lobos
Buscadores de agua y yerba en desiertos vacíos
Evadiendo los cañones de la captura y la muerte
Mas aunque todas las tempestades del mundo cayeran sobre ellos
No se pondrían de rodillas a suplicar por sus vidas
Ellos también se han acercado
A las tiendas de los pastores
Suavemente
Cuando la noche cae
Respirando el calor del aliento humano
Cabezas colgando silenciosas a la escucha del habla misteriosa y de la risa
La tierna pasión que se esconde en la sangre
Evocada en sus almas salvajes
Una ola de nostalgia por un viejo hogar
Que los mantiene largo tiempo
En absorto silencio
Hasta que el primer ladrido
Los hace desaparecer
Otra vez sin dejar huella
Escudriñando mientras el rebaño escapa a la persecución
Y se desliza en la blanca sombra de la noche
Pueden haber murmurado
¡Ajá! el rebaño de caballos salvajes
ZHOU TAO
Era un día de invierno
Cuando me tropecé con el país de las hadas
No fue una experiencia profunda
Pero me resultó bella en extremo
Era temprano de mañana y la nieve había caído sobre los yerbazales
El campo estaba cubierto como por una densa manta blanca
La luz del sol tocó la nieve, añadiendo su propia magia peculiar
Y en ese panorama entró corriendo una zorra
Era de un rojo encendido
Como una llama galopante, una descendiente del sol
Avanzaba penosamente en la nieve y
Enloquecida, casi cayó bajo los cascos de mi caballo
Paré en seco, asombrado. Vi sus ojos desbordando pánico
Y los finos hilos de la niebla alrededor de su boca
Le abrí paso, mirando larga y fijamente
Mientras su fiera figura se retiraba en la blancura
Súbitamente, llegaron desde atrás
Furiosos ladridos y pesado golpetear de cascos
Oh zorra, criminal, perseguida por cazadores; endurecida ladrona
de las praderas
Estafadora del mundo natural
Pero oré desde lo hondo de mi corazón-
No, por favor, no la capturen
Deja que esta vida feroz se escabulla por los campos de nieve
El lugar quedará de lo contrario demasiado tranquilo y solitario
Esta es una escena sin significación
Pero su imagen está claramente grabada en mi memoria
lunes, 6 de octubre de 2008
Conocimiento - TAO - LAO TSE
Conocimiento y Experiencia -TAO -LAO TSE
Deseo TAO -LAO TSE
Deseo
Cuando el Mundo no está en acuerdo con el Tao,Los caballos transportan a los soldados a través de los campos;
Cuando el mundo está de acuerdo con el Tao,
Los caballos tiran de arados a través de los campos.
No hay mayor maldición que el deseo;
No hay mayor miseria que el descontento;
No hay mayor enfermedad que la codicia;
Pero el que se conforma con lo que posee
Siempre será rico.
Calma TAO - LAO TSE
Calma
La gran perfección semeja imperfecta,Pero no decae;
La gran abundancia parece vacía,
Pero no se acaba.
Una gran verdad parece contradictoria;
Una gran inteligencia parece estupidez;
Una gran elocuencia parece incomprensible.
Aunque parece que la acción vence a la contención,
La inmovilidad vence al deseo;
Así pues, el que permanece calmado es quien tiene el control.