jueves, 6 de noviembre de 2008

MORIR LENTAMENTE by




Muere lentamente quien no viaja,
quien no lee,
quien no oye música,
quien no encuentra gracia en sí mismo.
Muere lentamente
quien destruye su amor propio,
quien no se deja ayudar.
Muere lentamente
quien se transforma en esclavo del hábito
repitiendo todos los días los mismos
trayectos,
quien no cambia de marca,
no se atreve a cambiar el color de su
vestimenta
o bien no conversa con quien no
conoce.
Muere lentamente
quien evita una pasión y su remolino
de emociones,
justamente estas que regresan el brillo
a los ojos y restauran los corazones
destrozados.
Muere lentamente
quien no gira el volante cuando esta infeliz
con su trabajo, o su amor,
quien no arriesga lo cierto ni lo incierto para ir
detrás de un sueño
quien no se permite, ni siquiera una vez en su vida,
huir de los consejos sensatos...
¡Vive hoy!
¡Arriesga hoy!
¡Hazlo hoy!
¡No te dejes morir lentamente!

miércoles, 5 de noviembre de 2008

Nocturno by GABRIELA MISTRAL





Padre Nuestro, que estás en los cielos,
¡por qué te has olvidado de mí!
Te acordaste del fruto en febrero,
al llagarse su pulpa rubí.
¡Llevo abierto también mi costado,
y no quieres mirar hacia mí!

Te acordaste del negro racimo,
y lo diste al lagar carmesí;
y aventaste las hojas del álamo,
con tu aliento, en el aire sutil.
¡Y en el ancho lagar de la muerte
aun no quieres mi pecho oprimir!

Caminando vi abrir las violetas;
el falerno del viento bebí,
y he bajado, amarillos, mis párpados,
por no ver más enero ni abril.

Y he apretado la boca, anegada
de la estrofa que no he de exprimir.
¡Has herido la nube de otoño
y quieres volverte hacia mí!

Me vendió el que besó mi mejilla;
me negó por la túnica ruin.
Yo en mis versos el rostro con sangre,
como Tú sobre el paño, le di,
y en mi noche del Huerto, me han sido
Juan cobarde y el Ángel hostil.

Ha venido el cansancio infinito
a clavarse en mis ojos, al fin:
el cansancio del día que muere
y el del alba que debe venir;
¡el cansancio del cielo de estaño
y el cansancio del cielo de añil!

Ahora suelto la mártir sandalia
y las trenzas pidiendo dormir.
Y perdida en la noche, levanto
el clamor aprendido deTi:
¡Padre Nuestro, que estás en los cielos,
por qué te has olvidado de mí!

lunes, 3 de noviembre de 2008

De Oro de Indias by JOSE SANTOS CHOCANO


De Oro de Indias

Notas del alma indígena

¡Quién sabe!...

Indio que asomas a la puerta

de esta tu rústica mansión:

¿para mi sed no tienes agua?

¿para mi frío, cobertor?

¿parco maíz para mi hambre?

¿para mi sueño, mal rincón?

¿breve quietud para mi andanza?...

-¡Quién sabe, señor!

Indio que labras con fatiga

tierras que de otros dueños son:

¿ignoras tú que deben tuyas

ser, por tu sangre y por tu sudor?

¿ignoras tú que audaz codicia,

siglos atrás, te las quitó?

¿ignoras tú que eres el Amo?...

-¡Quién sabe, señor!

Indio de frente taciturna

y de pupilas sin fulgor:

¿qué pensamiento es el que escondes

en tu enigmática expresión?

¿qué es lo que buscas en tu vida?

¿qué es lo que imploras a tu Dios?

¿qué es lo que sueña tu silencio?

-¡Quién sabe, señor!

¡Oh raza antigua y misteriosa

de impenetrable corazón,

que sin gozar ves la alegría

y sin sufrir ves el dolor:

eres augusta como el Ande,

el grande Océano y el Sol.

Ese tu gesto que parece

como de vil resignación,

es de una sabia indiferencia

y de un orgullo sin rencor...

Corre en mis venas sangre tuya,

y, por tal sangre, si mi Dios

me interrogase qué prefiero

-cruz o laurel, espina o flor,

beso que apague mis suspiros

o hiel que colme mi canción-

responderíale dudando:

-¡Quién sabe, señor!

LA MAGNOLIA by JOSE SANTOS CHOCANO


La magnolia

En el bosque, de aromas y de músicas lleno,

la magnolia florece delicada y ligera,

cual vellón que en las zarpas enredado estuviera,

o cual copo de espuma sobre lago sereno.

Es un ánfora digna de un artífice heleno,

un marmóreo prodigio de la Clásica Era:

y destaca su fina redondez a manera

de una rama que luce descotado su seno.

No se sabe si es perla, ni se sabe si es llanto.

Hay entre ella y la luna cierta historia de encanto,

en la que una paloma pierde acaso la vida:

Porque es pura y es blanca y es graciosa y es leve,

como un rayo de luna que se cuaja en la nieve,

o como una paloma que se queda dormida.

LAS ORQUIDEAS by Jose Santos Chocano


Las orquídeas

Ánforas de cristal, airosas galas

de enigmáticas formas sorprendentes,

diademas propias de apolíneas frentes,

adornos dignos de fastuosas salas.

En los nudos de un tronco hacen escalas;

y ensortijan sus tallos de serpientes,

hasta quedar en la altitud pendientes,

a manera de pájaros sin alas.

Tristes como cabezas pensativas,

brotan ellas, sin torpes ligaduras

de tirana raíz, libres y altivas;

porque también, con lo mezquino en guerra,

quieren vivir, como las almas puras,

sin un sólo contacto con la tierra.

ALMA MUSICA by NICOLAS GUILLEN


Alma música
.
Yo soy borracho. Me seduce el vino
luminoso y azul de la Quimera
que pone una explosión de Primavera
sobre mi corazón y mi destino.
.
Tengo el alma hecha ritmo y armonía;
todo en mi ser es música y es canto,
desde el réquiem tristísimo de llanto
hasta el trino triunfal de la alegría.
.
Y no porque la vida mi alma muerda
ha de rimar su ritmo mi alma loca:
aun mas que por la mano que la toca
la cuerda vibra y canta porque es cuerda.
.
Así, cuando la negra y dura zarpa
de la muerte destroce el pecho mío,
mi espíritu ha de ser en el vacío
cual la postrera vibración de un arpa.
.
Y ya de nuevo en el astral camino
concretara sus ansias de armonía
en la cascada de una sinfonía,
o en la alegría musical de un trino.
.
Guitarra en duelo mayor
.

EL RUISEÑOR by FRANCISCO LUIS BERNARDEZ


Todas las noches de aquel tiempo,
la voz lejana y misteriosa me llamaba.
Cuando las cosas se dormían,
el dulce canto en silencio despertaba.
Para escuchar lo que decía,
y yo interrumpía mis deseos y mis páginas.
Y con las manos distraídas cerraba el libro
y me apoyaba en la ventana.
La voz llegaba de tan lejos,
que en vez de oírla parecía recordarla.
Y era tan pura y tan hermosa,
que percibirla parecía profanarla.
Pero aquel canto me atraía,
y hubo una noche en que sentí que me arrastraba.
Y que hacia el bosque en que vivía,
con una fuerza irresistible me acercaba.
A cada estrella de aquel cielo,
la tierra fiel con una flor le contestaba.
Mayo reinaba dulcemente,
yo ya tenía corazón y era en España.
Llegue a la orilla de aquel bosque
cuando la noche era más bella y más profunda.
Y con el alma en cada paso
fui penetrando poco a poco en la espesura.
Entre los pinos soñolientos
el viento andaba como un niño entre las columnas.
Y en voz más baja que un suspiro
les preguntaba por el mar y por la lluvia.
Vagos rumores vegetales
estremecían la quietud Meditabunda.
Y delicados aleteos acariciaban
el silencio con ternura.
Pero el silencio iba creciendo,
pues esperaba el nacimiento de la música.
Y cada vez era más débil aquel susurro
de las hojas y las plumas.
Todas las cosas descansaban
con esa calma que precede a la hermosura.
Y de repente el bosque entero se
conmovió con una voz como ninguna.
Primero fue como una queja,
como un sollozo de cristal , como un gemido.
Luego un sonido entrecortado por el murmullo
Tembloroso de los pinos.
Más tarde un hilo melodioso,
luego una pausa y un Rumor, después el trino.
Y al fin el canto, el canto,
el canto del ruiseñor en el silencio conmovido.
Un canto limpio y armonioso,
cuyo fervor era el del aire sensitivo.
Y cuyas notas inflamadas resplandecían
como gotas de rocío.
Mas inventivo que el fuego,
su movimiento era El del alma y el del río.
Se deslizaba por el tiempo,
pero en la paz del corazón estaba fijo.
El canto ardía en el silencio
con el misterio de un lucero lejanísimo.
Impenetrable y luminoso
como un purísimo diamante pero vivo.
Cerrada estaba todavía
para mi frente silenciosa la belleza.
Y de repente, por el canto del ruiseñor,
tuve noción de su grandeza.
El gran amor que lo encendía
se desbordaba de su voz con inocencia.
Y algo del bien que yo ignoraba
caía en gotas de emoción en mi conciencia.
Entonces vi con toda el alma
que aquella voz era un destello de la eterna.
Que la pasión que la inflamaba
me daba el ser para que yo comprendiera.
Que aquel amor era la fuente del manso río
de mis Ojos y mis venas.
Y la raíz que alimentaba la voz del mar
y la canción de las estrellas.
Luego salí de mis sentidos
y me encontré desamparado en las tinieblas.
Y sin más luz que la del canto
me fui perdiendo en un olvido sin fronteras.
Y así, perdido para todos,
hallé el sendero de mi vida en aquel canto.
Tuve conciencia de mi rumbo,
supe la causa y el objeto de mis pasos.
Vi la razón de haber nacido, de amar la luz,
de ser feliz, de haber llorado.
De haber estado pensativo, de ver, de oír,
de comprender, de estar soñando.
Al despertar alcé los ojos
y no recuerdo si después junté las manos.
Solo recuerdo que la dicha
me hacia sitio con amor en su regazo.
El alba erraba por el bosque
con un dulcísimo rumor de pies descalzos.
Y ya se oía el de las cosas entre los trinos
cada vez más espaciados.
Luego cesó la melodía del ruiseñor
y se apagó la de los astros
Pero en mi frente silenciosa
la voz divina ya se había despertado.

domingo, 2 de noviembre de 2008

CANCION LI by LUIS DE CAMOES


Irme quiero, madre,

a aquella galera,
con el marinero
a ser marinera

Madre, si me fuere,
do quiera que yo,
no lo quiero yo,
que el Amor lo quiere.
Aquel niño fiero
hace que me muera
por un marinero
a ser marinera.

Él, que todo lo puede,
madre, no podrá,
pues el alma va,
que el cuerpo se quede.
con él, por quien muero
voy, porque no muero
voy, porque no muera:
que si es marinero,
seré marinera.

Es tirana ley
del niño señor
que por un amor
se deseche un rey.
Pues desta manera
quiero irme, quiero,
por un marinero
a ser marinera.

Decid, ondas, ¿cuándo
vistes vos doncella,
siendo tierna y bella
andar navegando?
Mas ¿qué no se espera
daquel niño fiero?
Vea yo quien quiero:
sea marinera.

ALMA MIA GENTIL, QUE PARTISTE... by LUIS DE CAMOES



Alma mia gentil, que partiste
tan pronto de esta vida descontenta,
reposa allá en el Cielo eternamente,
y viva yo aquí en la tierra siempre triste.

Si allá en el asiento etéreo, en donde subiste,
memoria de esta vida se consiente,
no te olvides de aquel amor ardiente
que yá en los ojos mios tan puro viste.

Y si vieras que puede merecerte
alguna cosa el dolor que me quedó
del pesar, sin remedio, de perderte;

ruega a Dios que tus años recortó,
que tan pronto de aquí me lleve a verte,
quan pronto de mis ojos te llevó.

ARBOL QUIETO ENTRE NUBES by OCTAVIO PAZ


Aquel joven soldado

era sonriente y tímido y erguido
como un joven durazno.
El vello de su rostro se doraba
con el rubor de los duraznos
al amarillo sol de mediodía.
Sus ademanes eran
como los ademanes del durazno
cuando el viento lo mueve, en la colina.
Si sonreía era su sonrisa
un imprevisto florecer durazno.
Una ráfaga a veces lo nublaba
y entonces, serio, ensimismado,
era un durazno al aire, deshojado.

Jugaba con los niños, en la tarde,
con un fervor nostálgico, lejano,
con la misma ternura de la ola
que se aleja volviendo la cabeza.
Un viento melancólico barría
nubes en flor, apenas nubes,
y en el jardín volaban hojas
¡oh despeinada primavera!
Árbol quieto entre nubes, hojas, niños,
se preguntaba aquel soldado:
¿Es nube todo, todo es hoja, viento?
¿Los familiares árboles son nubes?
¿Esta rama que toco, esta corteza,
estos niños, son nubes? ¿Nube el sueño
y la muchacha aquella y su perfume,
fantasma de la carne, nube, espuma
apenas sostenida por el viento?

Y se alejó, callada nube negra.

SI MUERO PRONTO by FERNANDO DE PESSOA



SI MUERO PRONTO

Si muero pronto,
Sin poder publicar ningún libro,
Sin ver la cara que tienen mis versos en letras de molde,
Ruego, si se afligen a causa de esto,
Que no se aflijan.
Si ocurre, era lo justo.

Aunque nadie imprima mis versos,
Si fueron bellos, tendrán hermosura.
Y si son bellos, serán publicados:
Las raíces viven soterradas
Pero las flores al aire libre y a la vista.
Así tiene que ser y nadie ha de impedirlo.
Si muero pronto, oigan esto:
No fui sino un niño que jugaba.
Fui idólatra como el sol y el agua,
Una religión que sólo los hombres ignoran.
Fui feliz porque no pedía nada
Ni nada busqué.
Y no encontré nada
Salvo que la palabra explicación no explica nada.

Mi deseo fue estar al sol o bajo la lluvia.
Al sol cuando había sol,
Cuando llovía bajo la lluvia
(Y nunca de otro modo),
Sentir calor y frío y viento
Y no ir más lejos.

Quise una vez, pensé que me amarían.
No me quisieron.
La única razón del desamor:
Así tenía que ser.

Me consolé en el sol y en la lluvia.

Me senté otra vez a la puerta de mi casa.
El campo, al fin de cuentas, no es tan verde
Para los que son amados como para los que no lo son:
Sentir es distraerse.

(**) De heterónimo Alberto Caeiros
Versión de Octavio Paz

SI, DESPUÉS QUE YO MUERA... by FERNANDO DE PESSOA



SI, DESPUÉS QUE YO MUERA...

Si, después que yo muera, se quisiera escribir mi biografía,
Nada sería más simple.
Exactamente poseo dos fechas -la de mi nacimiento y
la de muerte.
Entre una y otra todos los días me
pertenecen.
Soy fácil de describir.
He vivido como un loco.
He amado a las cosas sin ningún sentimentalismo.
Nunca tuve un deseo que no pudiera colmar, pues nunca anduve ciego.
Incluso escuchar para mí fué nada más que un complemento del ver.
Comprendí que las cosas son reales y totalmente diferentes una de otra:
Lo comprendí con los ojos, jamás con el pensamiento.
Comprenderlo con el pensamiento hubiera sido encontrarlas
todas iguales.

Un día me sentí dormido como un niño.
Cerré los ojos y dormí.
Y, a propósito, yo era el único poeta de la Naturaleza.

Versión de Rafael Díaz Borbón

YO NUNCA GUARDÉ REBAÑOS by FERNANDO DE PESSOA


YO NUNCA GUARDÉ REBAÑOS * *

Yo nunca guardé rebaños,
pero es como si los guardara.
Mi alma es como un pastor,
conoce el viento y el sol
y anda de la mano de las Estaciones
siguiendo y mirando.
Toda la paz de la Naturaleza a solas
viene a sentarse a ni lado.
Pero permanezco triste, como un atardecer
para nuestra imaginación,
cuando refresca en el fondo de la planicie
y se siente que la noche ha entrado
como una mariposa por la ventana.

Pero mi tristeza es sosiego
porque es natural y justa
y es lo que debe haber en el alma
cuando piensa que ya existe
y las manos cogen flores sin darse cuenta.

Con un ruido de cencerros
más allá de la curva del camino
mis pensamientos están contentos.

Pensar molesta como andar bajo la lluvia
cuando el viento crece y parece que llueve más.

No tengo ambiciones ni deseos.
Ser poeta no es una ambición mía.
Es mi manera de estar solo.

**Heterónimo Alberto Caeiro

Ven a sentarte conmigo, Lidia, a la prilla del río by Fernando de Pessoa


VEN A SENTARTE CONMIGO, LIDIA, A LA ORILLA DEL RÍO*

Ven a sentarte conmigo, Lidia
a la orilla del río.
Con sosiego miremos su curso
y aprendamos que la vida pasa,
y no estamos cogidos de la mano.
(Enlacemos las manos.)

Pensemos después, niños adultos,
que la vida pasa y no se queda,
nada deja y nunca regresa,
va hacia un mar muy lejano,
hacia el pie del Hado,
más lejos que los dioses.

Desenlacemos las manos,
que no vale la pena cansarnos.
Ya gocemos, ya no gocemos,
pasamos como el río.
Más vale que sepamos pasar
silenciosamente y sin desasosiegos.

Sin amores, ni odios, ni pasiones
que levanten la voz,
ni envidias que hagan a los ojos
moverse demasiado,
ni cuidados, porque si los tuviese
el río también correría,
y siempre acabaría en el mar.

Amémonos tranquilamente,
pensando que podríamos,
si quisiéramos,
cambiar besos y abrazos y caricias,
mas que más vale estar sentados
el uno junto al otro
oyendo correr al río y viéndolo.

Cojamos flores, cógelas tú y déjalas
en tu regazo, y que su perfume suavice
este momento en que sosegadamente
no creemos en nada,
paganos inocentes de la decadencia.

Por lo menos, si yo fuera sombra antes,
te acordarás de mí
sin que mi recuerdo te queme
o te hiera o te mueva,
porque nunca enlazamos las manos,
ni nos besamos
ni fuimos más que niños.

Y si antes que yo llevases el óbolo
al barquero sombrío,
no sufriré cuando de ti me acuerde,
a mi memoria has de ser suave
recordándote así, a la orilla del río,
pagana triste y con flores en el regazo.

*Heterónimo Ricardo Reiss

Versión de Rafael Díaz Borbón

TENGO TANTO SENTIMIENTO by FERNANDO DE PESSOA


TENGO TANTO SENTIMIENTO...

Tengo tanto sentimiento
que es frecuente persuadirme
de que soy sentimental,
mas reconozco, al medirme,
que todo esto es pensamiento
que yo no sentí al final.

Tenemos, quienes vivimos,
una vida que es vivida
y otra vida que es pensada,
y la única en que existimos
es la que está dividida
entre la cierta y la errada.

Mas a cuál de verdadera
o errada el nombre conviene
nadie lo sabrá explicar;
y vivimos de manera
que la vida que uno tiene
es la que él se ha de pensar.

Versión de Ángel Crespo

LLUEVE EN SILENCIO by FERNANDO DE PESSOA


LLUEVE EN SILENCIO

Llueve en silencio, que esta lluvia es muda
y no hace ruido sino con sosiego.
El cielo duerme. Cuando el alma es viuda
de algo que ignora, el sentimiento es ciego.
Llueve. De mí (de este que soy) reniego...

Tan dulce es esta lluvia de escuchar
(no parece de nubes) que parece
que no es lluvia, mas sólo un susurrar
que a sí mismo se olvida cuando crece.
Llueve. Nada apetece...

No pasa el viento, cielo no hay que sienta.
Llueve lejana e indistintamente,
como una cosa cierta que nos mienta,
como un deseo grande que nos miente.
Llueve. Nada en mí siente...

Versión de Ángel Crespo

DADOS ETERNOS by CESAR VALLEJO


Dios mío, estoy llorando el ser que vivo;
me pesa haber tomádote tu pan;
pero este pobre barro pensativo
no es costra fermentada en tu costado:
¡tú no tienes Marías que se van!

Dios mío, si tú hubieras sido hombre,
hoy supieras ser Dios;
pero tú, que estuviste siempre bien,
no sientes nada de tu creación.
Y el hombre sí te sufre: ¡el Dios es él!

Hoy que en mis ojos brujos hay candelas,
como en un condenado,
Dios mío, prenderás todas tus velas,
y jugaremos con el viejo dado...
Tal vez ¡oh jugador! al dar la suerte
del universo todo,
surgirán las ojeras de la Muerte,
como dos ases fúnebres de lodo.

Dios mío, y esta noche sorda, oscura,
ya no podrás jugar, porque la Tierra
es un dado roído y ya redondo
a fuerza de rodar a la aventura,
que no puede parar sino en un hueco,
en el hueco de inmensa sepultura.


EL SUEÑO DE CHUANG CHENG by LI PO



En sueños, Chuang Chen se convierte en mariposa
y la mariposa vuelve a ser Chuang Chen.
Un solo cuerpo toma diversas formas.
Las cosas de aquí abajo son en verdad inciertas.
¡Quién sabe si el agua de Pen-lai no proviene de un humilde arroyuelo!
El que ahora cultiva melones en Puertas Verdes
era ayer el duque de Tong-ling.
Nobleza y fortuna son así, fugitivas.
¿Hacia qué parte corres y qué es lo que deseas?

EL OTOñO EN LA CIUDAD DE PA-LINGEL by LI PO



Temprano en la mañana, vago por las orillas del lago tongting,
paseo mis miradas y ningún obstáculo se interpone en el horizonte.
El lago extiende su agua tranquila y límpida:
es un verdadero paisaje de otoño
y su aspecto es glacial y melancólico.

FELIZ ENCUENTRO by LI PO


FELIZ ENCUENTRO


El viento de la primavera nos embriaga
y sería feliz si los tres pájaros azules, mensajeros delcielo,
quisieran llevarte de cuando en cuando mis tiernos pensamientos.
Debes saber que el tiempo se va raudo,
nuestros negros cabellos muy pronto serán blancos.
Lamentamos la juventud perdida
¡pero ella no retorna nunca más!
¡Quiero decirte que te amo
y ojalá que tu amor responda al mío!
La vida humana se parece a la cera que escurre de los cirios,
cuando la cera se consume, la luz se extingue.
Las flores se abren más y más bellas en las ramas;
mientras la primavera avanza hacia su fin
ellas sólo piensan en las delicias del rocío y la lluvia,
¡no piensan nunca en su fin tan cercano!
Cuando mi alma se evadió de mi cuerpo rígido,
yo estaba triste al ver mi sepulcro en Tangtú.
La niebla matinal envolvía el bosque de pinos verdes
y allá lejos, la aldea se hundía entre la bruma.
Pero después de la muerte de mis hijos amados
ninguna atadura terrestre aprisionó mi alma.
Entonces suspiré largamente y subí al Kuen-Luen.
Siempre borracho de vino, me vestí con un traje parecido
a las plumas del fénix.
El monte es tan elevado que se pueden coger las estrellas a sus pies.