Uno a uno soltaste mis dedos, tu mano lentamente se alejo de la mía. Juntaste miradas, uniste sonrisas y con un suspiro que trono en el mar prometiste a la inmensidad, un adiós. La brisa me trajo tu determinación se enfrío mi alma como un día sin sol abrace mi cuerpo desolado pero nada pudo detener la decisión. Recordé besos robados al tiempo abrazos con intensa pasión caricias de profunda ternura todo con poesías de color azul. Una música suave, armoniosa meció mis sueños inciertos y robándote los labios llegue hasta tu corazón. Allí secaron mis lágrimas los ecos del amor extinguido y entendí que hasta los sueños tienen dueños como los jardines y que como ellos necesitan de un jardinero que los cuide con pasión, que hay un tiempo para cada mirada que hay un espacio para cada sonrisa que hay un calendario que aun no es presente, para nuestro amor. VALERIA AZUL
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