
Del umbral de la escalinata de jade,
Brota un rocío blanco,
La larga noche penetra en las medias de seda,
Dejando caer la cortina de cristal,
Contemplada a trasluz por la luna de otoño.
En el vendaval, bajo el alto cielo, los simios aúllan
Perlas Chinas
El Cielo y la Tierra se juntan
y dulce la lluvia cae,
más allá de la voluntad de los hombres.
Tengo tres tesoros
Guárdalos y ponlos a salvo.
El primero es el Amor;
El segundo es Nunca Demasiado;
El tercero es Nunca el Primero en el Mundo.
Por el Amor, uno está libre de miedos;
Por no hacer demasiado, uno tiene reserva de fuerza;
Por no presumir que es el primero en el mundo,
Uno puede desarrollar su talento y hacerlo madurar,
Porque el Amor es victorioso en el ataque
e invulnerable en la defensa,
el Cielo arma con Amor
a aquellos que no quiere ver destruidos.
Lao Tsé