jueves, 11 de octubre de 2012


LA FELICIDAD: SIN CAUSA** by TONI JIMENEZ

La lógica, la razón, la moral, la ley, la tradición, el carácter, el conocimiento y demás manifestaciones que se transmiten entre sí las personas a través de la educación, tiene como fin la pretendida felicidad del ser humano. En cambio, las personas que nos dejamos fluir a través de espontaneidad, el amor, la libertad, la individualidad, las vibraciones y la inocencia: nuestro original, somos  proscritos intelectualmente de la sociedad al no entrar en esos parametros. Toda la tradición occidental, imperante en el sistema actual, es el sistema de Aristóteles preconizado desde el mundo griego hacia el mundo actual. Su correspondiente chino es Confucio, partidario de sumergirse en los libros en vez de fluir en la naturaleza. Cuentan que Confucio caminaba con sus discípulos por el campo, cuando observó a un viejo centenario recogiendo espigas que estaba alegremente cantando y expresando su alegría envuelto en un tosco abrigo sujeto con una cuerda por su cintura y tocando el laúd. Confucio se acercó a él y le preguntó: “¿Cuál es el motivo de tu felicidad, de tu dicha?” Confucio hace la pregunta equivocada. Pero antes de seguir adelante, observar una cosa. Cuando estás alegre, esta alegría se manifiesta de varias maneras.  Estaba tocando música, era su forma de expresar su alegría, como también lo son la danza, la poesía y demás artes que pertenecen al segundo nivel de la mente: la creatividad (hay un tercer nivel) Son expresiones de las personas que viven en la dicha y no son desgraciadas. Confucio hace la pregunta con algún propósito, pero puede ser engañado, las apariencias le pueden equivocar. Puede que esa alegría sea producto de la educación: una proyección y es el resultado de cultivarla, de una autohipnosis. Es una pose, una mascara que sostienes porque no deseas mostrar tu infelicidad, no deseas mostrar tu realidad. ¿Qué razón habría para ello si todos llevan máscaras y han aprendido a hacer gestos vacíos? Lo que tú llamas felicidad no es más que grados de más o menos infelicidad, pero no la felicidad. Puedes aprender el lenguaje de la felicidad, sus gestos, sin saber lo que es la auténtica felicidad. Confucio cae en el error de querer aprender ese tipo de felicidad porque el cree en la educación, en la disciplina como método para llegar a la pretendida felicidad.
Los gestos los mohines, no son muestras de felicidad. Se debe mirar directamente a la persona, a su naturaleza, sus vibraciones,  sus ojos pueden engañar, sus gestos pueden estar mecanizados, son expresiones aprendidas. No puedes decir te amo por cortesía si no hay vibraciones. No hay motivo para la felicidad, es en sí misma, si puede ser aprendida vendrá del exterior de ti, tendrá causa con dependencia y, si hay dependencia se convierte en esclavitud, en un gozo fingido, estás manejando tu felicidad, por eso encuentras un motivo, un motivo que manejar, pero no hay éxtasis. Si le preguntas a una persona arraigada en presente, aquí y ahora, viviendo la magnitud del instante cual es la causa de su felicidad, de su amor, se encogerá de hombros y te dirá: “No te preocupes por mi dicha, averigua el “por qué” de tu desgracia”.
Confucio pregunta al anciano por el motivo de su felicidad debido a su edad. Centenario, la muerte está cerca, es pobre, no posee riqueza… ¿Qué motivo tiene para estar feliz?  No puede ser feliz porque no tiene causas para serlo: es condenado por los lógicos, racionalistas y educados. Este hombre no se educó, pero era feliz. Si la felicidad tiene causa como cree Confucio y Aristóteles, entonces, solo existe la ciencia: causa-efecto. Todo debe ser reducido a una causa. Lo religioso no existe. Lo religioso es lo que no puede ser reducido a causa. El misterio: no tiene causa. Es debido a ello que Confucio hace una pregunta de acuerdo a sus presuposiciones.
¿Que te ocasiona tu felicidad, tu amor? Pues tus sueños, tus ideales: porque el amor, la felicidad solo se produce cuando miras a tu amor en un momento futuro y por eso siguen siendo sueños. El amor no tiene causa, la felicidad no tiene causa, son el continente, los ingredientes con los que estás hecho. La desdicha, la infelicidad, la ira, celos, dominación… son el contenido que vine envuelto en el ego. Cuando el ego desaparece el continente se muestra: amor, felicidad…
Toni Jiménez, Pensamiento poesía.


martes, 9 de octubre de 2012

                                                POEMA*by TONI JIMENEZ



Cuando la vida queda iluminada y a tus ojos se muestra clara,
sólo a través del corazón sucede y se proclama.
Y, al quedar el ego disuelto, a cuyas ataduras estabas ligada,
surge el profundo misterio y los secretos de la vida te acompañan.
Oh, misterio que te muestras en las moradas del color, ven conmigo
a los salones del amor donde bailan los átomos de luz que allí vagan.
  by Toni Jimenez



ES ELLO! by TONI JIMENEZ

¡ES ELLO!
Tu corazón está danzando. Tu corazón muestra oportunidades constantes de apertura incesante. Tu corazón canta canciones cuyas notas fluyen por el espacio llenándolo de armonía. Hay una fragancia, un aroma esparciéndose desde la flor de tu corazón hacia el exterior… Estás abrumado, perplejo, atónito e incluso indómito... Una luminosidad te invade, eres el foco de luz más potente imaginab

le: irradias. ¿Lo reconoces? ¿Sabes lo qué está pasando? Pero si está contigo, si se ha instalado en ti, si te reconoces en ello, debe desvelar lo que eres porque es perfecto en sí mismo: no cambia, no se puede mejorar, no evoluciona… ¡Oh, cielos, has llegado! Se acabó el peregrinaje… No necesitas más, toda tu vida has estado fuera de tu hogar, has vivido en tu ego, en tu mente, buscando incesantemente, montando teorías, conceptos, ilusiones, sueños e ideales que te alejaban de tu natural: de ello… Sin darte cuenta que eran meros sucedáneos, baratijas relucientes en tu oscuridad que se apagaban por si solas y vuelta a empezar. Si lo has reconocido, y debe ser autosuficiente para ti mismo, sabes de qué te estoy hablando. No lo filtres por la lógica ni por la razón, que no entre en tu mente jurídica: no podrás legislarlo. No dejes que Aristóteles se apodere de ello, que no entre en las universidades: todas son aristotélicas. Solo fluye como Heráclito pues, no se puede enseñar: no te van a dar un diploma. Ni siquiera hables de ello: sin descripción, solo alimento. La palabra beso no besa, tendrás que aunar los labios. ¡Cielos! ¿Cuánto tiempo le lleva a un niño saber que el fuego quema? ¡Tendrá que acercar su mano! No hace falta nada más, no hace falta que especules sobre el fuego.
Para llegar a ello, olvídate de ello. Si quieres que el árbol florezca, olvídate de las flores, riega el árbol, es su consecuencia. Cada flor es perfecta en sí misma como ello. Cuando estás despierto, cuando estás consciente, ello florece… no le queda más remedio, es la explosión de la belleza, es tu necesidad: ello. No te preocupes por ello, solo puedes reconocer lo que ya eres: es tu marca de identidad, es intransferible, único… Cuando ello está, descubres cosas en ti que jamás habías supuesto.
Toni, Pensamiento Poesía.

lunes, 8 de octubre de 2012

POEMA *by TONI JIMENEZ

Por ti amo, respiro, sueño…
Por ti daría cuanto poseo:
La luz, el aire y el tiempo.

Por saber lo piensas de mí:
Si tu corazón lo aprueba,
Daría: cordura, suspiros y besos.

Ahora, en el hálito calmo
De tu henchido pecho:
Donde anidan los suspiros
De amor que van al cielo.
Recoge este mensaje
Cargado de amor eterno.

Quiero que me quieras
Como tú me quieras
Querer, y, al quererme,
Sepas que yo te quiero
También…

Porque lo lees,
Porque lo estás leyendo,
Y, al leerlo, me recordarás
Largo tiempo

ÁMATE A TI MISMO. by TONI JIMENEZ

ÁMATE A TI MISMO.
Ámate a ti mismo, esto puede parecer que uno cae bajo el egocentrismo y el narcisismo, pero nada más lejos de la realidad. Y, sé que esto al leerlo va a levantar ampollas y sarpullidos en las mentes justicieras y jurídicas: todo lo hacen. Si llevas a la "practica" el amarse uno a sí mismo, primero deberás conocerte a ti mismo y, ese es el gran inconveniente: ¿Te conoces a ti mism

o? ¿Que autoconocimiento tienes de ti? Si te amas a ti mismo y debes sondearte para saber lo que debes amar, lo único que encontrarás es tu ego: tu carácter, tu personalidad que, son falsas porque solo son tus identificaciones, no es tú original y lo que "amarás" será a tu ego. ¿Cuantas cosas has admitido de ti que sabes que son una gran mentira y ya forman parte de tu carácter, de tu personalidad, o sea, de tu ego? Aparentemente eres respetable, noble, tienes sentido de la justicia, honesto y hasta cariñoso, pero, eso puede ser un acto intencional para sentirte respetable porque necesitas alimentarte de los demás: estás interesado en tu aparente desinterés, no es gratis. Tras tus gestos, tus ademanes, solo buscas respetabilidad y el reconocimiento de los demás. Si el amar es un acto intencional, entonces, funcionas con el "Tu debes" y aquí no hay latido, no surge del corazón, simplemente es educación, son tus deberes a cumplir, eres el amante de tus "deberes". Puedes ser "bueno", pero no hay amor, no te engañes. El amor surge del "Yo quiero", entonces das entrada a tú ser y el amor se manifiesta sin ninguna intención, sin esperar ninguna recompensa, es espontaneo. Es la alegría que surge del interior: tu original se manifiesta: eres amor.
Cuando vas más allá de tu ego, saltas fuera de él, descubres tu verdadero ser, estás en el foco, el amor se manifiesta por sí mismo y te reconoces en él: eres amor. Ahora no puede por menos que irradiar ese estado, no puedes hacer otra cosa: es en sí mismo. No eres el amante, no eres el amado, solo amor. Te amas a ti mismo porque es el primer encuentro con el amor y lo sientes en ti mismo, después se despliega hacia afuera y la existencia se ama a sí misma en ti y empieza el resplandor. Pero tu ego dice:" ámame solo a mi", pero que pasa con los demás? Si restringes el amor a alguien, lo contraes y lo conviertes en relación: el intercambio del bagaje de las personalidades, y que sea equitativo, porque si no ni siquiera es relación. Pero el amor se expande, no se restringe, abarca la existencia al hacerte a través de él uno con ella. Ahora él te lleva a ti, no tú a él.
Que te relaciones bien no significa amor. Tal vez el otro esté cubriéndote tus "necesidades": soledad, economía, sexo, sicología... Eso significa que has ido hacia el otro desde las carencias y, como te las cubre lo "amas". Pero no te engañes, sabes que antes o después la luna de miel pasará. Por eso, se amor e irás desde la abundancia al amarte a ti mismo: pues das lo que eres irradiando desde tu centro hacia la periferia: eres un sol.
Toni Jiménez, Pensamiento poesía.


EL AMOR by TONI JIMENEZ

El amor es el flujo constante y sin límites de la energía, sin demarcaciones, con dimensiones infinitas: multidimensional. Irradia hacia todas las partes. Es un rio en el que fluyes, es una unión, no es una relación. Por eso, cuando pones demarcaciones, fronteras sicológicas, conceptos, condicionamientos, expectativas…, se evapora como la niebla ante el sol. Está aquí y ahora. No puedes negociar
con él, es inabordable por su propia naturaleza. No se presta a tu ego. No es “tú debes”, es un “yo quiero”. No es un “te prometo”, es el “momento”. El momento supremo de la consciencia. Pero en tu vida lo has querido convertir en una formalidad inútil. En un deber dónde el yo quiero brilla por su ausencia. Te has convertido en un expositor de formalidades, en un estancamiento que no fluye, y te exhibes para la respetabilidad. Pero estás vacío, estás enfocado, no hay oportunidad para la espontaneidad: tu conexión con la existencia. Estas vacío y te pones en la cola de los demás para ver si te toca la vez del amor formando “El club de los mendigos del Amor”. Pero, dos desdichados juntos no suman, se multiplican. Al sentirte vacío, esperas del otro que el amor fluya hacia ti, y el otro de ti, y ahora en vez de ser felices juntos, sois desdichados juntos. Entonces, empiezas a culpar al otro porque dependes de él y, eso, genera desdicha. Toda dependencia genera esclavitud. Piensas que el otro te ha engañado y le consideras culpable, cuando en el fondo sois dos carencias que se han juntados.
Cuando amamos las cosas forman parte de nuestra persona, cuando dominamos, las personas se convierten en nuestra cosa. Empezamos amando y acabamos dominando o siendo dominados; el sometimiento del uno al otro: pero esto no es amor.
Toni, Pensamiento Poesía.


domingo, 7 de octubre de 2012

MI POESIA by TONI JIMENEZ
Mi poesía no significa nada, sino ser. Por eso la vida es ser. Es un fin en sí mismo, no hace falta ir a ninguna parte, todas las partes están en ti: celebra, festeja que te tienes a ti misma. Es la vida: un festival de amor. Solo así serás suave, porque si luchas te volverás dura, si buscas algo te endurecerás y te volverás rígida. Por eso ríndete, se suave, tierna, mullida: dónde puedan descansa
r la suavidad de tu compañía. Así, el flujo de la vida será tu acompañante. Deja que tu meta sea la totalidad, entonces: será el advenimiento de las gracias infinitas. Intenta sentir lo que digo, no es solo intelectualización, deja que forme parte de tu corazón. Embébete de mis palabras, deja que se queden contigo, que lleguen a la profundidad de tu corazón y sean bienvenidas y redescubras el bebé que llevas dentro: la inocencia. ¿Acaso no eres un deleite? Cuando eres un deleite para ti misma, ahora, el cielo está vivo, los árboles más verdes todavía; tus ojos brillan más; tu pecho se yergue de amor y toda la existencia se engalana para que tú en ella vivas. Pero también tú a ella aportas tu dicha, tu esplendor, tu energía, eres un experimento de la existencia, tú mejoraste la existencia al nacer, no te estropees intentando ser lo que no eres a través de algún ideal. 

A. Jiménez, Pensamiento poesía.

sábado, 6 de octubre de 2012


LA TRISTEZA*by TONI JIMENEZ



La tristeza te disgusta, la rechazas, te inunda de consternación, pero es tuya, ¿por qué la rechazas, no estás rechazando algo tuyo? Si no la rechazaras se convertiría en belleza, en un silencio de gran profundidad: las lágrimas que se derivan de ella son de una tremenda belleza. Todo lo que existe es necesario, nada está equivocado. Deberías ser capaz de degustar todo lo que sucede, e incluso esa tristeza que te invade y tú rechazas, pues recuerda: las cosas permanecen en ti a través del rechazo que haces de ellas. Cuando la aceptas, entonces puedes transcenderla. La tristeza esta ahí por una causa, acéptala, tiene algo que ofrecerte, lleva algo escondido en sí misma. Algo que solo ella puede darte: profundidad. Es más profunda que la felicidad, te lleva a ti mismo, a las moradas de tu ser. Cuando aceptas tu tristeza, ella deja de serlo, pues la dotas de una nueva cualidad: creces a través de ella. Simplemente era en piedra en el río de tu caudal, pero al aceptarla se convierte en un fluir hacia ti.
Una tristeza profunda te enriquece, disfrútala porque produce riqueza interior. Cuando llegue, no te separes de ella, no digas estoy triste, no te dividas, di: “Soy la tristeza”, ahora no hay separación, está integrada en ti. Disolviéndose en ti y tú en ella. La mayoría de las personas que se dicen felices, no tienen profundidad, solo es una sonrisa comercial, muy superficial. Solo son la cresta de la ola sin la calma de la profundidad. Si llega, coopera con ella, es un correlato: va incluida la alegría.
Existe un cierto movimiento llamado “pensamiento positivo”, que consiste en estar todo el día dándose órdenes positivas. Si llega la tristeza, ¿qué harás? Autohipnotizarte diciéndote: estoy alegre, estoy alegre, estoy alegre… No la eliminar¿A dónde ira a parar tu tristeza? ás, la sumergirás y después emergerá más potenciada, cuando algo se hace inconsciente aumenta nueve veces su potencial, encontrará nuevas formas de expresarse en ti. Este pensamiento te dará ideas erróneas sobre ti, simplemente forzarás a la tristeza hacia el subconsciente al condicionar tu mente con pensamiento positivos. Simplemente estás coloreando tu tristeza, la decoras con autoilusionantes pensamientos opuestos. Pero en lo profundo de ti sabes que te estás engañando, aunque en la superficie puedes sonreír. Será un ejercicio labial, ordenado por tu ego, pero no ha salido, no está conectado con tu corazón, con tu ser vital. Has puesto una valla entre tus corazón y tus labios, son drogas mentales, narcóticos inyectados en forma de sentimientos “negativos” que tu reprimiste. Cuándo no te gustas tu mismo, ¿que haces, a dónde te relegas? Acabas recolectando toda esa basura-que tú llamas negativa- y la sumerges en ti, aunque en tu superficie eres un hipócrita con tu apariencia positiva. ¿Ahora como sujetas todo ese infierno que arde dentro de ti? Desde tu pensamiento positivo dices: “Amo a todo el mundo, a toda la existencia, soy espiritual”.  Pero no hay latido, no hay dicha, no es un suceso que te ocurre de forma natural. Lo has forzado yendo contra ti mismo por no aceptarte.
Toni Jiménez, Pensamiento poesía.

miércoles, 3 de octubre de 2012


LA DAMA DE SHALOTT by TENNYSON

I parte
A ambos lados del río se despliegan
anchos campos de cebada y centeno,
que decoran la tierra y se reúnen con el cielo;
y a través del campo se extiende el camino
que va hacia las torres de Camelot;
y la gente va y viene,
contemplando el lugar donde se balancean los lirios
alrededor de la isla de allí abajo,
la isla de Shallot.
Los sauces palidecen, tiemblan los álamos,
Las leves brisas se ensombrecen y tiemblan
en las olas que discurren sin cesar
por el río que rodea la isla
fluyendo hacia Camelot.
Cuatro muros grises y cuatro torres grises,
dominan un lugar rebosante de flores,
y la silenciosa isla aprisiona
a la Dama de Shallot.
Por la orilla, cubiertas por los sauces,
se deslizan las pesadas barcazas
tiradas por lentos caballos; e ignorada
navega la chalupa con revoltosa vela de seda
rasurando las aguas hacia Camelot:
pero, ¿Quién la ha visto agitando su mano?
¿O asomada en el marco de la ventana?
¿Acaso es conocida en todo el reino
la Dama de Shallot?
Sólo los segadores, segando temprano
entre la espesura de cebada,
escuchan un canto que resuena vivamente
desde el río transparente que serpea,
hacia las torres de Camelot:
Y a la luz de la luna, el cansado segador,
apilando los fajos en aireadas mesetas,
al escucharla, murmura: “Es el hada
Dama de Shallot”.
II parte
Allí, noche y día, teje
un mágico lienzo de alegres colores.
Ha oído un susurro advirtiéndole
que una maldición caerá sobre ella
si mira hacia Camelot.
Desconoce el tipo de que maldición es,
y debido a ello teje sin parar,
sin preocuparse de nada más,
la Dama de Shallot.
Y moviéndose a través de un cristalino espejo
colgado todo el año ante ella,
aparecen las tinieblas del mundo.
Ve la cercana calzada
discurriendo hacia Camelot:
ve los arremolinados torbellinos del río,
los rudos patanes pueblerinos,
y las capas rojas de las muchachas,
provinientes de Shallot.
A veces, un grupo de alegres damiselas,
un abad deambulando,
a veces, un pastorcillo con bucles en el pelo ,
o un paje con melena y vestido carmesí,
van hacia las torres de Camelot;
Y a veces, a través del azul espejo
los caballeros vienen cabalgando en pares:
No tiene un caballero leal y franco,
la Dama de Shallot.
Pero aún gozando en tejer
en su lienzo las visiones del mágico espejo,
-cuando a menudo en las noches silenciosas
un funeral, con velas, penachos
y música, se dirigía hacia Camelot;
o cuando la luna estaba en lo alto,
y llegaban dos amantes recién casados-
“Cansada estoy de las sombras”,
dijo la Dama de Shallot.
III parte
A tiro de arco de su alero,
cabalgaba entre los fajos de cebada,
el sol resplandecía por entre las hojas,
y llameó en las grebas de bronce
del intrépido Lanzarote.
Un cruzado de rodillas para siempre
ante una dama en su escudo,
que resplandecía entre los dorados campos, cercanos a la remota
Shallot.
Las engarzadas bridas brillaban libres,
como las ramificaciones estelares que vemos
suspendidas en la áurea Galaxia.
Alegres resonaban los cascabeles
mientras él cabalgaba hacia Camelot:
y de su ostentoso tahalí colgaba
un poderoso clarín de plata,
y al galope su armadura repicaba,
cerca de la remota Shallot.
Bajo el azul del despejado día
brillaba la lujosa montura de cuero,
el yelmo junto con su pluma
ardían juntos en una única llama,
mientras él cabalgaba hacia Camelot.
Como suele suceder en la purpúrea noche,
bajo radiantes constelaciones,
algunos meteoros, trayendo una estela de luz gravitan sobre la
apacible Shallot.
Su frente clara y amplia resplandecía al sol;
con cascos bruñidos pisaba su caballo;
bajo el yelmo flotaban sus rizos
negros como el carbón mientras cabalgaba,
mientras cabalgaba hacia Camelot.
Desde la orilla y el río
Brilló en el cristalino espejo,
“Tirra lirra”, por el río
cantaba Sir Lancelot.
Ella dejó el lienzo, dejó el telar,
dio tres pasos por la habitación,
vio florecer el lirio en el agua,
vio la pluma y el yelmo,
y miró hacia Camelot.
La tela salió volando y ondeó en el vacío;
El espejo se quebró de lado a lado;
“la maldición cae sobre mí”, gritó
la Dama de Shallot.
IV parte
Tensos, bajo el tormentoso viento del este,
los dorados bosques empalidecían,
la corriente gemía en la ribera,
el cielo encapotado llovía fuertemente
sobre las torres de Camelot;
Ella descendió y halló una barca
flotando junto al tronco de un sauce,
y alrededor de la proa escribió
“La Dama de Shallot”.
Y en la oscura extensión río abajo
-como un audaz vidente en trance,
contemplando su infortunio-
con turbado semblante
miró hacia Camelot.
Y al final del día
la amarra soltó, dejándose llevar;
la corriente lejos arrastró
a la Dama de Shallot.
Yaciendo, vestida con níveas telas
ondeando sueltas a los lados
-cayendo sobre ella las ligeras hojas-
a través de los susurros nocturnos
navegó río abajo hacia Camelot:
Y yendo su proa a la deriva
entre campos y colinas de sauces,
oyeron cantar su última canción,
a la Dama de Shallot.
Escucharon una tuna, lastimera, implorante,
tanto en voz alta voz como en voz baja,
hasta que su sangre se fue helando lentamente,
y sus ojos se oscurecieron por completo,
vueltos hacia las torres de Camelot;
Y es que antes de que fuera llevada por la corriente
hacia la primera casa junto a la orilla,
murió cantando su canción,
la Dama de Shallot.
Bajo torres y balcones,
por muros de jardín y tribunas,
con brillante esbeltez pasó flotando,
entre las casas, pálida como la muerte
y silenciosa por Camelot.
A los muelles acudieron,
caballeros y burgueses, damas y lores,
y en torno a la proa su nombre leyeron,
La Dama de Shallot.
¿Quién es? ¿Y qué hace aquí?
Y junto al iluminado palacio,
cesaron los sones de vitoreo real;
y temerosos se persignaron
todos los caballeros de Camelot:
Pero Lancelot se quedó pensativo;
dijo, “Tiene un rostro hermoso;
Dios, en su bondad, la llenó de gracia,
a la Dama de Shallot”.


CAMINOS DEL ESPEJO  by ALEJANDRA PIZARNIK

Caminos del espejo

I
Y sobre todo mirar con inocencia. Como si no pasara nada, lo cual es cierto.

II
Pero a ti quiero mirarte hasta que tu rostro se aleje de mi miedo como un pájaro del borde
filoso de la noche.

III
Como una niña de tiza rosada en un muro muy viejo súbitamente borrada por la lluvia.

IV
Como cuando se abre una flor y revela el corazón que no tiene.

V
Todos los gestos de mi cuerpo y de mi voz para hacer de mí la ofrenda, el ramo que abandona
el viento en el umbral.

VI
Cubre la memoria de tu cara con la máscara de la que serás y asusta a la niña que fuiste.

VII
La noche de los dos se dispersó con la niebla. Es la estación de los alimentos fríos.

VIII
Y la sed, mi memoria es de la sed, yo abajo, en el fondo, en el pozo, yo bebía, recuerdo.

IX
Caer como un animal herido en el lugar que iba a ser de revelaciones.

X
Como quien no quiere la cosa. Ninguna cosa. Boca cosida. Párpados cosidos. Me olvidé.
Adentro el viento. Todo cerrado y el viento adentro.

XI
Al negro sol del silencio las palabras se doraban.

XII
Pero el silencio es cierto. Por eso escribo. Estoy sola y escribo. No, no estoy sola.
Hay alguien aquí que tiembla.

XIII
Aun si digo sol y luna y estrella me refiero a cosas que me suceden. ¿Y qué deseaba yo?
Deseaba un silencio perfecto.
Por eso hablo.

XIV
La noche tiene la forma de un grito de lobo.

XV
Delicia de perderse en la imagen presentida. Yo me levanté de mi cadáver, yo fui en busca de quien soy.
Peregrina de mí, he ido hacia la que duerme en un país al viento.

XVI
Mi caída sin fin a mi caída sin fin en donde nadie me aguardó pues al mirar quién me aguardaba
no vi otra cosa que a mí misma.

XVII
Algo caía en el silencio. Mi última palabra fue yo pero me refería al alba luminosa.

XVIII
Flores amarillas constelan un círculo de tierra azul. El agua tiembla llena de viento.

XIX
Deslumbramiento del día, pájaros amarillos en la mañana. Una mano desata tinieblas, una mano arrastra
la cabellera de una ahogada que no cesa de pasar por el espejo. Volver a la memoria del cuerpo,
he de volver a mis huesos en duelo, he de comprender lo que dice mi voz.



miércoles, 19 de septiembre de 2012

POEMA by Juan Martin Nuñez (02-2001


Desde el mirador veo deslizarse las bandurrias
sobre el espejado e inmenso Lácar...
En la lejanía se divisan brumosos
sus serpenteantes tributarios,
flanqueados por montañas rugiendo eternidad...
Larga es la ruta al corazón del sur
y plena de acechanzas...,
al como arduo es el camino
a lo recóndito de nuestras almas...
Tal vez seamos cual trémulas bandurrias
que en busca del amor esquivo
rumbean al fronterizo frío
sobrevolando desafiantes el gigante plateado...,
aunque en sus orillas cotidianas
amenacen miles de arcos tensos
con flechas de colihue...
...¿cuántas de ellas llegarán hasta Nonthué?...

Juan Martin Nuñez (02-2001


miércoles, 29 de agosto de 2012

EL HIJO by PABLO NERUDA





Ay hijo, sabes, sabes
de dónde vienes?

De un lago con gaviotas
blancas y hambrientas.

Junto al agua de invierno
ella y yo levantamos
una fogata roja
gastándonos los labios
de besarnos el alma,
echando al fuego todo,
quemándonos la vida.

Así llegaste al mundo.

Pero ella para verme
y para verte un día
atravesó los mares
y yo para abrazar
su pequeña cintura
toda la tierra anduve,
con guerras y montañas,
con arenas y espinas.
Así llegaste al mundo.

De tantos sitios vienes,
del agua y de la tierra,
del fuego y de la nieve,
de tan lejos caminas
hacia nosotros dos,
desde el amor terrible
que nos ha encadenado,
que queremos saber
cómo eres, qué nos dices,
porque tú sabes más
del mundo que te dimos.

Como una gran tormenta
sacudimos nosotros
el árbol de la vida
hasta las más ocultas
fibras de las raíces
y apareces ahora
cantando en el follaje,
en la más alta rama
que contigo alcanzamos.

Pablo Neruda


miércoles, 15 de agosto de 2012

EN LA MUERTE DE LAURA**POEMA DE FRANCESCO PETRARCA


EN LA MUERTE DE LAURA**POEMA DE FRANCESCO PETRARCA
Lara de Noves amada y musa de Petrarca

Sus ojos que canté amorosamente,
su cuerpo hermoso que adoré constante,
y que vivir me hiciera tan distante
de mí mismo, y huyendo de la gente,

Su cabellera de oro reluciente,
la risa de su angélico semblante
que hizo la tierra al cielo semejante,
¡poco polvo son ya que nada siente!

¡Y sin embargo vivo todavía!
A ciegas, sin la lumbre que amé tanto,
surca mi nave la extensión vacía...

Aquí termine mi amoroso canto:
seca la fuente está de mi alegría,
mi lira yace convertida en llanto.

Versión de Alejandro Araoz Fraser

EL ARBOL DE DIANA by ALEJANDRA PIZARNIK



ÁRBOL DE DIANA

1
Alejandra Pizarnik lee un poema de Arturo Carrera

He dado el salto de mí al alba.
He dejado mi cuerpo junto a la luz
Y he cantado la tristeza de lo que nace.

2

Éstas son las versiones que nos propone:
un agujero, una pared que tiembla...

3

sólo la sed
el silencio
ningún encuentro
cuídate de mí amor mío
cuídate de la silenciosa en el desierto
de la viajera con el vaso vacío
y de la sombra de su sombra

4

AHORA BIEN:
Quién dejará de hundir su mano en busca del tributo para la pequeña
olvidada. El frío pagará. Pagará el viento. La lluvia pagará. Pagará el
trueno.

A Aurora y Julio Cortázar

5

por un minuto de vida breve
única de ojos abiertos
por un minuto de ver
en el cerebro flores pequeñas
danzando como palabras en la boca de un mundo

6

ella se desnuda en el paraíso
de su memoria
ella desconoce el feroz destino
de sus visiones
ella tiene miedo de no saber nombrar
lo que no existe

7

Salta con la camisa en llamas
De estrella a estrella.
De sombra en sombra.
Muere de muerte lejana
La que ama al viento.

8

Memoria iluminada, galería donde vaga la sombra de lo que espero.
No es verdad que vendrá. No es verdad que no vendrá.

9

Estos huesos brillando en la noche,
estas palabras como piedras preciosas
en la garganta viva de un pájaro petrificado,
este verde muy amado,
esta lila caliente,
este corazón sólo misterioso.

10

un viento débil
lleno de rostros doblados
que recorto en forma de objetos que amar

11

ahora
en esta hora inocente
yo y la que fui nos sentamos
en el umbral de mi mirada

12

no más las dulces metamorfosis de una niña de seda
sonámbula en la cornisa de niebla
su despertar de mano respirando
de flor que se abre al viento

13

explicar con palabras de este mundo
que partió de mí un barco llevándome

14

El poema que no digo,
el que no merezco.
Miedo de ser dos
camino del espejo:
alguien en mí dormido
me come y me bebe

15

Extraño desacostumbrarme
de la hora en que nací.
Extraño no ejercer más
oficio de recién llegada.

16

has construido tu casa
has emplumado tus pájaros
has golpeado al viento
con tus propios huesos
has terminado sola
lo que nadie comenzó

17

Días en que una palabra lejana se apodera de mí. Voy por esos días
sonámbula y transparente. La hermosa autómata se canta, se encanta,
se cuenta casos y cosas: nido de hilos rígidos donde me danzo y me lloro
en mis numerosos funerales. (Ella es su espejo incendiado, su espera en
hogueras frías, su elemento místico, su fornicación de nombres
creciendo solos en la noche pálida.

18

como un poema enterado
del silencio de las cosas
hablas para no verme

19

cuando vea los ojos
que tengo en los míos tatuados

20

dice que no sabe del miedo de la muerte del amor
dice que tiene miedo de la muerte del amor
dice que el amor es muerte es miedo
dice que la muerte es miedo es amor
dice que no sabe

A Laure Bataillon

21

he nacido tanto
y doblemente sufrido
en la memoria de aquí y allá

22

en la noche
un espejo para la pequeña muerta
un espejo de cenizas

23

una mirada desde la alcantarilla
puede ser la visión del mundo
la rebelión consiste en mirar una rosa
hasta pulverizarse los ojos

24

(un dibujo de Wols)

estos hilos aprisionan a las sombras
y las obligan a rendir cuentas del silencio
estos hilos unen la mirada al sollozo

25

(exposición Goya)

un agujero en la noche
súbitamente invadido por un ángel

26

(un dibujo de Klee)

cuando el palacio de la noche
encienda su hermosura
pulsaremos los espejos
hasta que nuestros rostros canten como ídolos

27

un golpe del alba en las flores
me abandona ebria de nada y de luz lila
ebria de inmovilidad y de certeza

28

te alejas de los nombres
que hilan el silencio de las cosas

29

Aquí vivimos con una mano en la garganta. Que nada es posible ya lo
sabían los que inventaban lluvias y tejían palabras con el tormento de la
ausencia. Por eso en sus plegarias había un sonido de manos enamoradas
de la niebla.

A André Pieyre de Mandiargues

30

en el invierno fabuloso
la endecha de las alas en la lluvia
en la memoria del agua dedos de niebla

31

Es un cerrar de ojos y jurar no abrirlos. En tanto afuera se alimenten de
relojes y de flores nacidas de la astucia. Pero con los ojos cerrados de
un sufrimiento en verdad demasiado grande pulsamos los espejos hasta
que las palabras olvidadas suenan mágicamente.

32

Zona de plagas donde la dormida come
lentamente
su corazón de medianoche.

33

alguna vez
alguna vez tal vez
me iré sin quedarme
me iré como quien se va

A Ester Singer

34

la pequeña viajera
moría explicando su muerte
sabios animales nostálgicos
visitaban su cuerpo caliente

35

Vida, mi vida, déjate caer, déjate doler, mi vida, déjate enlazar de
fuego, de silencio ingenuo, de piedras verdes en la casa de la noche,
déjate caer y doler, mi vida.

36

en la jaula del tiempo
la dormida mira sus ojos solos
el viento le trae
la tenue respuesta de las hojas

A Alain Glass

37

más allá de cualquier zona prohibida
hay un es pejo para nuestra triste transparencia

38

Este canto arrepentido, vigía detrás de mis poemas:
este canto me desmiente, me amordaza.


Alejandra Pizarnik- Argentina

martes, 14 de agosto de 2012

Homenaje de Olga Orozco PAVANA DEL HOY PARA UNA INFANTA DIFUNTA QUE AMO Y LLORO



Homenaje de Olga Orozco
PAVANA DEL HOY PARA UNA INFANTA DIFUNTA QUE AMO Y LLORO
A Alejandra Pizarnik

  Pequeña centinela,
caes una vez más por la ranura de la noche
sin más armas que los ojos abiertos y el terror
contra los invasores insolubles en el papel en blanco.
Ellos eran legión.
Legión encarnizada era su nombre
y se multiplicaban a medida que tú te destejías hasta el último hilván,
arrinconándote contra las telarañas voraces de la nada.
El que cierra los ojos se convierte en morada de todo el universo.
El que los abre traza las fronteras y permanece a la intemperie.
El que pisa la raya no encuentra su lugar.
Insomnios como túneles para probar la inconsistencia de toda realidad;
noches y noches perforadas por una sola bala que te incrusta en lo 
oscuro,
y el mismo ensayo de reconocerte al despertar en la memoria de la 
muerte:
esa perversa tentación,
ese ángel adorable con hocico de cerdo. ¿Quién habló de conjuros para contrarrestar la herida del propio 
nacimiento? 
¿Quién habló de sobornos para los emisarios del propio porvenir?
Sólo había un jardín: en el fondo de todo hay un jardín 
donde se abre la flor azul del sueño de Novalis.
Flor cruel, flor vampira,
más alevosa que la trampa oculta en la felpa del muro
y que jamás se alcanza sin dejar la cabeza o el resto de la sangre en el 
umbral.
Pero tú te inclinabas igual para cortarla donde no hacías pie,
abismos hacia adentro.
Intentabas trocarla por la criatura hambrienta que te deshabitaba.
Erigías pequeños castillos devoradores en su honor;
te vestías de plumas desprendidas de la hoguera de todo posible paraíso;
amaestrabas animalitos peligrosos para roer los puentes de la salvación;
te perdías igual que la mendiga en el delirio de los lobos;
te probabas lenguajes como ácidos, como tentáculos,
como lazos en manos del estrangulador.
¡Ah los estragos de la poesía cortándote las venas con el filo del alba,
y esos labios exangües sorbiendo los venenos de la inanidad de la 
palabra!
Y de pronto no hay más.
Se rompieron los frascos.
Se astillaron las luces y los lápices.
Se degarró el papel con la desgarradura que te desliza en otro 
laberinto.
Todas las puertas son para salir.
Ya todo es el revés de los espejos.
Pequeña pasajera,
sola con tu alcancía de visiones
y el mismo insoportable desamparo debajo de los pies:
sin duda estás clamando por pasar con tus voces de ahogada,
sin duda te detiene tu propia inmensa sombra que aún te sobrevuela en 
busca de otra,
o tiemblas frente a un insecto que cubre con sus membranas todo el caos,
o te amedrenta el mar que cabe desde tu lado en esta lágrima.
Pero otra vez te digo,
ahora que el silencio te envuelve por dos veces en sus alas como un 
manto:
en el fondo de todo jardín hay un jardín.
Ahí está tu jardín,
Talita cumi.



EL DESPERTAR by ALEJANDRA PIZARNIK


EL DESPERTAR
a León Ostrov

Señor
La jaula se ha vuelto pájaro
y se ha volado
y mi corazón está loco
porque aúlla a la muerte
y sonríe detrás del viento
a mis delirios

Qué haré con el miedo
Qué haré con el miedo

Ya no baila la luz en mi sonrisa
ni las estaciones queman palomas en mis ideas
Mis manos se han desnudado
y se han ido donde la muerte
enseña a vivir a los muertos

Señor
El aire me castiga el ser
Detrás del aire hay monstruos
que beben de mi sangre

Es el desastre
Es la hora del vacío no vacío
Es el instante de poner cerrojo a los labios
oír a los condenados gritar
contemplar a cada uno de mis nombres
ahorcados en la nada.

Señor
Tengo veinte años
También mis ojos tienen veinte años
y sin embargo no dicen nada

Señor
He consumado mi vida en un instante
La última inocencia estalló
Ahora es nunca o jamás
o simplemente fue

¿Cómo no me suicido frente a un espejo
y desaparezco para reaparecer en el mar
donde un gran barco me esperaría
con las luces encendidas?

¿Cómo no me extraigo las venas
y hago con ellas una escala
para huir al otro lado de la noche?

El principio ha dado a luz el final
Todo continuará igual
Las sonrisas gastadas
El interés interesado

las gesticulaciones que remedan amor
Todo continuará igual
Pero mis brazos insisten en abrazar al mundo
porque aún no les enseñaron
que ya es demasiado tarde

Señor
Arroja los féretros de mi sangre

Recuerdo mi niñez
cuando yo era una anciana
Las flores morían en mis manos
porque la danza salvaje de la alegría
les destruía el corazón

Recuerdo las negras mañanas del sol
cuando era niña
es decir ayer
es decir hace siglos

Señor
La jaula se ha vuelto pájaro
y ha devorado mis esperanzas

Señor
La jaula se ha vuelto pájaro
Qué haré con el miedo.

ALEJANDRA PIZARNIK


domingo, 12 de agosto de 2012

INVICTUS by William Ernest Henley



Desde la noche que sobre mi se cierne,
negra como su insondable abismo,
agradezco a los dioses si existen
por mi alma invicta.
Caído en las garras de la circunstancia
nadie me vio llorar ni pestañear.
Bajo los golpes del destino
mi cabeza ensangrentada sigue erguida.
Más allá de este lugar de lágrimas e ira
yacen los horrores de la sombra,
pero la amenaza de los años
me encuentra, y me encontrará, sin miedo.
No importa cuán estrecho sea el camino,
cuán cargada de castigo la sentencia.
Soy el amo de mi destino;
soy el capitán de mi alma


sábado, 11 de agosto de 2012

MEDITACION***ESPIRITUALIDAD


Cierra tus ojos.
Respira suave, profundo, sin esfuerzo.
Toma el aire que impulsa la vida, siente el amor de la existencia acompañandote.
Viaja profundo hacia tu interior.
Une con tu respiración el cielo y la tierra
Nutre de cielo cada rincón
 de tu sagrado cuerpo.
Abre ese espacio maravilloso donde habita tu verdad.
Percibe las sensaciones físicas que comienzan a aparecer.
Descubre el lugar donde la respiración no fluye...
Quedate ahí...
Entra en dialogo con el aspecto de vos mismo que se encuentra duro, paralizado, sin poder soltar, liberar, Ser la emoción que allí yace cristalizada.
Conecta con ese aspecto que permanece en sombra, que yace lastimado en la oscuridad.
Mira a ese aspecto con tu corazón ardiente, blandito, incondicional.
En tu interior está la llave para la liberación de tu alma, solo necesitas ir hacia dentro y verás que poco a poco, allí donde había vacío y soledad, empezará a fluir una Verdad silenciada. Déjala Ser.
Atravieza tus miedos.
Descubrirás que la verdad emocional por más dolorosa que sea, te libera.
Descubriras que es posible traer a la luz lo que permaneció oscuro.
Descubriras que el Amor que buscas esta en tu interior y que no es posible encontrarlo si te dejas gobernar por el miedo y la dependencia.
El secreto más profundo es que sin Verdad no hay Amor.
Carina Tacconi. La educación del Ser

sábado, 4 de agosto de 2012

Retornos del amor en los vividos paisajes by Rafael Alberti

Rafael Alberti / Cádiz 1902-1999


Creemos, amor mío, que aquellos paisajes
se quedaron dormidos o muertos con nosotros
en la edad, en el día en que los habitamos;
que los árboles pierden la memoria
y las noches se van, dando al olvido
lo que las hizo hermosas y tal vez inmortales.

Pero basta el más leve palpitar de una hoja,
una estrella borrada que respira de pronto
para vernos los mismos alegres que llenamos
los lugares que juntos nos tuvieron.
Y así despiertas hoy, mi amor, a mi costado,
entre los groselleros y las fresas ocultas
al amparo del firme corazón de los bosques.
Allí está la caricia mojada de rocío,
las briznas delicadas que refrescan tu lecho,
los silfos encantados de ornar tu cabellera
y las altas ardillas misteriosas que llueven
sobre tu sueño el verde menudo de las ramas.

Sé feliz, hoja, siempre: nunca tengas otoño,
hoja que me has traído
con tu temblor pequeño
el aroma de tanta ciega edad luminosa.
Y tú, mínima estrella perdida que me abres
las íntimas ventanas de mis noches más jóvenes,
nunca cierres tu lumbre
sobre tantas alcobas que al alba nos durmieron
y aquella biblioteca con la luna
y los libros aquellos dulcemente caídos
y los montes afuera desvelados cantándonos.


viernes, 3 de agosto de 2012

LAS FLORES DEL MAL by CHARLES BAUDELAIRE



Las Flores
 del Mal.
Charles Baudelaire.
I

LA DESTRUCCION

El demonio se agita a mi lado sin cesar;
flota a mi alrededor cual aire impalpable;
lo respiro, siento como quema mi pulmón
y lo llena de un deseo eterno y culpable.

A veces toma, conocedor de mi amor al arte,
la forma de la más seductora mujer,
y bajo especiales pretextos hipócritas
acostumbra mi gusto a nefandos placeres.

Así me conduce, lejos de la mirada de Dios,
jadeante y destrozado de fatiga, al centro
de las llanuras del hastío, profundas y desiertas,

y lanza a mis ojos, llenos de confusión,
sucias vestiduras, heridas abiertas,
¡y el aderezo sangriento de la destrucción!

II

UNA MARTIR

Dibujo de un maestro desconocido

En medio de frascos, telas sedosas,
y muebles voluptuosos,
de mármoles, pinturas, ropas perfumadas,
que arrastran los pliegues suntuosos,

en una alcoba tibia como en un invernadero,
donde el aire es peligroso y fatal,
dónde lánguidas flores en sus ataúdes de cristal
exhalan su suspiro postrero,

un cadáver sin cabeza derrama, como un río,
en la almohada empapada,
una sangre roja y viva, que la tela bebe
con la misma avidez que un prado.

Parecida a las tétricas visiones que engendra la oscuridad
y que nos encadenan los ojos,
la cabeza, con la masa de su crin sombreada,
y de sus joyas preciosas,
en la mesilla de noche, como una planta acuática,
reposa, y, vacía de pensamientos,
una mirada vaga y blanca como el crepúsculo
escapa de sus ojos extraviados.

En el lecho, el tronco desnudo, sin pudor,
en el más completo abandono, muestra
el secreto esplendor y la belleza fatal
que la naturaleza le donó.

Una media rosada, adornada con hilo de oro, en la pierna
ha quedado cual recuerdo.
La liga, al igual que un ojo secreto que llamea,
lanza una mirada diamantina.

El singular aspecto de esta soledad
y de un gran retrato voluptuoso,
de ojos provocativos como su actitud
revela un amor tenebroso,

una culpable alegría y fiestas extrañas,
llenas de besos infernales,
que regocijarán a los ángeles malos
nadando entre cortinas y chales.

Sin embargo, al ver la esbeltez elegante
del hombro y su trazo quebrado,
la cadera levemente afilada, y la cintura ágil
lo mismo que un reptil irritado, se advierte
que ella es joven aún. -Su alma exasperada
y sus sentidos mordidos por el tedio,
¿se habían entregado a la jauría enfurecida
de deseos errantes y perdidos?


El hombre vengativo al que no pudiste, viviendo,
a pesar de tanto amor, aplacar,
¿sació en tu carne, inerte y complaciente,
toda la inmensidad de su deseo?


¡Responde, cádaver impuro! ¿Por tus rígidas trenzas
te levantó con brazo febril?
Dime, cabeza horrible, ¿en tus fríos dientes
hay aún sus últimos adioses?


-Lejos del mundo burlón, lejos de la multitud impura,
lejos del magistrado curioso,
duerme en paz, duerme en paz, extraña criatura,
en tu sepulcro misterioso;
tu esposo corre el mundo, y tu forma inmortal
vela junto a él cuando duerme;
lo mismo que tú sin duda te será fiel
y constante hasta la muerte.


III

MUJERES CONDENADAS

Como un rebaño pensativo sobre la arena acostadas,
entornan los ojos hacia el horizonte marino,
y sus pies que se buscan y sus manos enlazadas
tienen dulces languideces, amargos escalofríos.

Unas, corazones que aman las largas confidencias,
en el corazón de los bosques y junto a los arroyos,
deletrean el amor de las tímidas infancias
y marcan en el tronco los jóvenes arbolillos;

otras, como hermanas, andan lentas, graves,
a través de las rocas llenas de apariciones,
donde san Antonio vio surgir como lavas,
desnudo el seno, a sus purpúreas tentaciones.

Las hay que a la lumbre de resinas goteantes,
en el hueco mudo de los viejos antros paganos,
te llaman en socorro de sus fiebres aullantes,
¡oh Baco, adormecedor de viejos remordimientos!

Y otras, cuya garganta gusta de escapularios,
que, ocultando un látigo bajo sus largos vestidos,
mezclan en la noche oscura y los bosques solitarios
espuma del placer y lágrimas de la tortura.

¡Oh vírgenes, oh demonios, oh monstruos, oh mártires!,
grandes espíritus negadores de la realidad,
buscadores de lo infinito, devotos y sátiros,
ora llenos de furor, ora llenos de llanto,

vosotras, a las que en vuestro infierno mi alma os [ha seguido,
pobres hermanas, os amo tanto como os compadezco
por vuestras dolorosas tristezas, vuestra sed no saciada,
y las urnas de amor que llenan vuestro corazón.

IV

LAS DOS BUENAS HERMANAS

La Licencia y la Muerte son dos buenas muchachas,
pródigas de sus besos y ricas en salud;
su flanco siempre virgen y cubierto de hilachas,
con la eterna labor jamás ha dado a luz.

Al poeta siniestro, enemigo del hogar,
favorito del infierno, cortesano sin más,
tumbas y lupanares le muestran tras su vallado
un lecho que el remordimiento no frecuenta jamás.

Y el ataúd y la alcoba con grandes blasfemias
nos ofrecen alternando como buenas hermanas
terribles placeres y horribles deleites.

¿Cuándo quieres enterrarme, Vicio de brazos inmundos?
Muerte, su rival en atractivos, ¿cuándo vendrás
a plantar tus negros cipreses sobre sus mirtos fétidos?

V

LA FUENTE DE SANGRE

A veces siento mi sangre correr en oleadas,
lo mismo que una fuente de rítmicos sollozos;
la oigo correr en largos murmullos,
pero en vano me palpo para encontrar la herida.

A través de la ciudad, como un campo cerrado,
va transformando las piedras en islotes,
saciando la sed de cada criatura,
y coloreando en rojo toda la natura.

A menudo he pedido a estos vinos
aplacar por un solo día el terror que me roe;
el vino torna el mirar más claro y el oído más fino.

He buscado en el amor un sueño de olvido;
pero el amor no es para mí sino un colchón de alfileres,
hecho para dar de beber a esas crueles mujeres.

VI

ALEGORIA

Es hermosa mujer, de buena figura,
que arrastra en el vino su cabellera.
Las garras del amor, los venenos del garito,
todo resbala y se embota en su piel de granito.
Se ríe de la Muerte y desprecia la Lujuria,
y ambas, que todo inmolan a su ferocidad,
han respetado siempre en su juego salvaje,
de ese cuerpo firme y derecho la ruda majestad.

Anda como una diosa y reposa como una sultana;
tiene por el placer una fe mahometana,
y en sus brazos abiertos que llenan sus senos
atrae con la mirada a toda la raza humana.
Ella cree, ella sabe, ¡doncella infecunda!,
necesaria no obstante a la marcha del mundo,
que la belleza del cuerpo es sublime don,
que de toda infamia asegura el perdón.

Ignora el infierno igual que el purgatorio,
y cuando llegue la hora de entrar en la noche negra,
mirará de la Muerte el rostro,
como un recién nacido, sin odio ni remordimiento.

VII

LA BEATRIZ

En terrenos de ceniza, calcinados, sin verdores,
mientras me lamentaba un día a Naturaleza,
y mi pensamiento vagaba al azar,
sintiendo en mi corazón clavarse el puñal,
vi, en pleno mediodía, descender sobre mi cabeza
una oscura nube grande y tempestuosa,
que llevaba un rebaño de viciosos demonios,
parecidos a enanos crueles y curiosos.

Pusiéronse a contemplarme fríamente
y, como hablando de algún loco que pasa,
les oía reír y murmurar entre sí,
y cambiar más de un guiño y más de un ademán.

«Contemplemos a gusto esta caricatura,
esta sombra de Hamlet que imita su gesto,
la mirada indecisa y los cabellos al viento,
¿no da pena ver a ese vividor,
ese vago, ese histrión sin teatro, ese gracioso,
que porque sabe representar con arte su papel,
quiere interesar con sus cantos de dolor
a las águilas, grillos, arroyos y flores,
e incluso a nosotros, autores de estas viejas rimas,
y recitarnos a gritos sus públicas parrafadas? »

Hubiera podido (mi orgullo, alto como el monte,
domina la nube y el clamor de los demonios)
volver simplemente mi cabeza serena,
si no hubiese entre su tropa obscena,
¡crimen que no hizo tambalear al sol!,
la reina de mi corazón, de mirada sin igual,
que se reía con ellos de mi sombría tristeza
y les hacía, a veces, alguna sucia caricia.

VIII

UN VIAJE A CYTEREA

Mi corazón, como un pájaro, revoloteaba feliz,
y volaba libremente alrededor de las cuerdas;
el navío corría bajo un cielo sin nubes,
como ángel embriagado de un sol radiante.

¿Qué isla es ésta tan negra y triste?- Es Cyterea,
nos dicen, un país famoso en las canciones,
Eldorado trivial de todos los solterones.
Mirad, después de todo es una pobre tierra.

-¡Isla de dulces secretos y de fiestas del corazón!
De la antigua Venus el soberbio fantasma,
más allá de tus mares flota como un aroma,
y llena los espíritus de amor y languidez.

Bella isla de verdes mirtos, llena de capullos en flor,
siempre venerada por todas las naciones,
donde los suspiros de amantes corazones
avanzan como el incienso por jardines de rosas

o el eterno arrullo de la paloma torcaz.
-Cyterea no era más que una tierra pobre,
un desierto rocoso turbado por gritos feroces.
¡Sin embargo, presentía yo allí algo singular!

Aquello no era un templo de sombras selváticas,
donde la joven sacerdotisa, eterna enamorada de las flores,
iba, el cuerpo ardiente por calores secretos,
entreabriendo sus ropas a las brisas ligeras;

pero, he aquí que rozando la costa el bauprés,
al asustar los pajáros con nuestras velas blancas,
pudimos ver que era un patíbulo de tres zancas,
destacado en el cielo, negro como un ciprés.

Las aves rapaces, posadas en su cumbre,
destrozaban con furia a un ahorcado ya podrido:
cada una hundía, como un clavo, su impuro pico
en los rincones sangrientos de aquella podredumbre.


Eran los ojos agujeros, y del vientre desfondado
los gruesos intestinos caían sobre los muslos;
y sus verdugos, ahítos de espantosas delicias,
a picotazos lo habían castrado por completo.


Bajo los pies, una manada de celosos cuadrúpedos
levantado el hocico, merodeaba;
una bestia más grande se agitaba en el centro,
como un verdugo rodeado de auxiliares.


¡Oh habitante de Cyterea, de un cielo tan hermoso,
silenciosamente sufrías estos insultos
en una expiación de tus infames cultos,
y los pecados que te impidieron el descanso eterno!


¡Ridículo ahorcado, tus dolores son los míos!
Yo sentí, a la vista de tus miembros flotantes,
como un vómito subir hasta mis dientes
el largo río de hiel de mis antiguos dolores.


Ante ti, pobre diablo, tan caro de recordar,
sentí todos los picos y todos los mordiscos
de los cuervos fieros y de las panteras negras,
que antaño tanto gozaban en machacar mi carne.

El cielo estaba embrujado, la mar en calma;
para mí todo era negro y sangriento para siempre,
¡ay!, y tenía, como en un espeso sudario,
el corazón amortajado en esta alegoría.

En tu isla, oh Venus, no encontré en mi viaje
más que un patíbulo simbólico donde colgaba mi imagen...
-¡Oh Señor!  Dame la fuerza y el coraje
¡de contemplar mi cuerpo y mi alma sin asco!


IX

EL AMOR Y EL CRANEO

Viñeta antigua

El amor está sentado en el cráneo
de la Humanidad,
y desde este trono, el profano
de risa desvergonzada,
sopla alegremente redondas pompas
que suben en el aire,
como para alcanzar los mundos
en el corazón del éter.


El globo luminoso y frágil
toma un gran impulso,
estalla y exhala su alma delicada,
como un sueño de oro.


Y oigo el cráneo a cada burbuja
rogar y gemir:
-Este juego feroz y ridículo,
¿cuándo acabará?


Pues lo que tu boca cruel
esparce en el aire,
monstruo asesino, es mi cerebro,
¡mi sangre y mi carne!