domingo, 2 de noviembre de 2008

EL SECRETO by RAQUEL JODOROWKY


Ha pasado un siglo.
Un día alguien levantará
una piedra abandonada
para estudiar
el pasado del mundo.
Y ahí debajo, ensombrecido
estará mi poema.
Nadie sabrá repetirlo.
Sobre la tierra, nuevos hombres
nuevos sonidos, nuevos poetas
van trabajando y cantan.
Así mis lágrimas quedarán
en secreto para siempre.
Y yo estaré feliz, con mi pena sólo mía
en un poema que no puede ya contaminar.
Impronunciada, inexistente
Sólo heredando el peso de las piedras…

AMA AMOR by RAQUEL JODOROWKY


Ama, amor
mientras yo estoy lejos.
Dentro de mí sostengo tu rostro inigualable
y le doy eternidad.
Creces en mí. No cambias.
Sólo el amor da el rostro de lo eterno.
Besa otras bocas
tan bellas como la mía
mientras estoy lejos.
No dejes que el tiempo
torne de agua tu mirada de animal
y seque tu belleza y ponga puntos blancos
en tu crin dorada y vuelva de paja
tus cabellos como los locos.
Ámame, amor
en otras
mientras estoy lejos.
No sea que se te olvide
el ejercicio de dar.

jueves, 30 de octubre de 2008

Árbol de la Esperanza Mantente firme by FRIDA KALHO


La vida callada

dadóra de mundos

Venados heridos

Ropas de tehuana

Rayos, penas, soles

Rítmos escondidos

La niña Mariana

Frutos ya muy vivos

La muerte se aleja

Lineas, formas, nidos

Las manos construyen

Los ojos abiertos

Los Diegos sentidos

Lágrimas enteras

Todas son muy claras

Cósmicas verdades

Que viven sin ruidos

Árbol de la Esperanza

Mantente firme

Niño mió de la gran Ocultadora by FRIDA KALHO


Son las seis de la mañana

y los guajolotes cantan,

Calor de humana ternura

Soledad acompañada

Jamás en toda la vida

olvidaré tu presencia

Me acogiste destrozada

y me devolviste entera integra

En ésta pequeña tierra

dónde pondre la mirada?

¡ Tan inmensa tan profunda!

Ya no hay tiempo, ya no hay nada

distancia. Hay ya solo realidad

Lo que fue, fue para siempre!

Lo que es, son las raíces

Que se asoman transparentes

transformadas

En árbol eterno

Tus frutos ya dan sus aromas

Tus flores dan su color

creciendo con la alegría de

los vientos y la flor

Nombre de Diego Nombre de amor

No dejes que le dé sed al

árbol que tanto te ama

que atesoró tu semilla

que cristalizó tu vida

a las seis de la mañana

Tu Frida 8 de diciembre de 1928

edad 28 años

No dejes que le dé sed

Al árbol del que eres sol

Que atesoró tu semilla

Es Diego nombre de amor

PARA DIEGO MIO by Frida kalho



Para Diego mio

La vida callada dadora

de mundos, lo que mas

importa es la no-ilusión

la mañana nace, los

rojos amigos, los grandes

azules, hojas en las manos

pájaros ruideros, dedos

en el pelo, nidos de paloma

raro entendimiento de la

lucha humana sencillez

del canto de la sinrazón

locura del viento en mi

corazón= que no rimen niña

=dulce xocolatl del México

antiguo, tormenta en la sangre

que entra por la boca

convulsión, augurio

risa y dientes finos ahujas

de perla, para algun regalo

de un siete de julio, lo

pido, me llega, canto

cantando, cantare desde

hoy nuestra mágica- amor.

RECUERDO by FRIDA KALHO



RECUERDO

Yo había sonreido. Nada más. Pero la claridad fue en mi y
en lo hondo de mi silencio
El me seguía. Como mi sombra, irreprochable y ligera
En la noche, sollozó un canto
Los indios se alargaban, sinuosos, por las callejas del pueblo
Iban envueltos en sarapes, a la danza, después de beber mezcal
Un arpa y una jarana eran la música y la alegria eran las morenas sonrientes
En el fondo, tras del "Zocalo", brillaba el río. Y se iba como
Los momentos de mi vida
El, me seguia
Yo terminé por llorar, arrinconada en el atrio de la parroquia
amparada por mi rebozo de bolita, que se empapo de lagrimas

miércoles, 29 de octubre de 2008

DEFINITIVA SOLEDAD by JOSE ALBI


¿Oyes el mar?
Eternamente estaremos escuchándolo.
Lo llevaremos dentro como la sangre, como la paz
como te llevo a ti misma.
Todo, todo irá acabando: la tristeza, la vida,
la soledad tan grande en que me has dejado.
Sólo el mar, amor mío, el mar sigue existiendo.
Me asomo: lo contemplo desde esta tarde lenta,
desde esta fría y herrumbrosa baranda
adonde no te asomas.

Amor, no estás conmigo. ¿Ves el silencio en torno?
Baja como las olas,
me roza como el río de tu piel,
se aleja para siempre.
Tú, mar, eterno mar de mi sueño,
sueño ya tú, lejana, irremediable.

El viento te acaricia. Yo soy el viento.
Pero estoy solo.
Y tú, tú estás lejana.
Sólo el mar te recuerda, te vive, te arrebata.
Siento tus labios, que es sentirte entera;
siento tu carne, calladamente mía.
Mis manos en el aire te dan vida,
y la playa, ya inútil sin tu huella,
deshabitada y torpe se aleja como el día.
Sólo la tarde existe;
existe y va muriendo. Unos dedos de espuma
me agitan los cabellos;
unas hojas doradas por el sol van cayendo.
Quizá son tus palabras,
quizá el cerco ya inútil de tus brazos.

Escucha, amor, te voy nombrando
como te nombra el mar. Algún abismo
se quiebra no sé dónde, y este mar que respiro
no es el mío
con capiteles rotos y con mirto.
Es tu terrible mar, tu ecuatoriana selva,
como tú, tormentosa; como tú, quieta, insospechada, dulce,
y otra vez angustiosa y arrebatada. Amor,
me vas muriendo. Este mar que era nuestro
me mira indiferente. Quisiera levantarme
como un viento tremendo
y sacudir las velas, descerrojar los brazos,
morirme a chorros.
Pero sólo el silencio. Yo, acodado en en el aire,
contemplo tu recuerdo.
No hay más que arena.
La ciudad, a lo lejos, se desdibuja.
Es un humo borroso como el olvido.
Ahora estiro los brazos y te busco.
Aquí están nuestras rocas. El mar se mira en ellas;
también te busca.
Una estrella de mar va acariciando mi sombra:
mi sombra que, sin la tuya, no es más que un pozo seco.
Esta tarde es como media vida: la media que me falta.
La que tú te has llevado.
No, no has venido.
Eternamente no vendrás. Caerán constelaciones,
se hundirán montes, siglos, tempestades,
y no vendrás. Y yo estaré mirando
lo que nos une todavía: el mar.
Un buque remotísimo buscará el horizonte;
pasará una pescador con sus cañas al hombro.
Sólo tú no vendrás.
No vendrás nunca

martes, 28 de octubre de 2008

El pájaro ruiseñor by CARMEN CONDE

El pájaro ruiseñor

A mi me canta en el pecho
un pájaro ruiseñor.

A ti te canta en la boca
el beso que te doy yo.

Cuántas aves se reúnen
para hacerse una canción!

Abro la mano y espero
que se pose el ruiseñor.

Cierras la boca y en ella
se mete mi corazón.

Cuídalo como yo cuido
en mi pecho al ruiseñor.

A UNA NARIZ by FRANCISCO DE QUEVEDO


Érase un hombre a una nariz pegado,
érase una nariz superlativa,
érase una nariz sayón y escriba,
érase un pez espada muy barbado.
Era un reloj de sol mal encarado,
érase una alquitara pensativa,
érase un elefante boca arriba,
era Ovidio Nasón más narizado.
Érase un espolón de un galera,
érase una pirámide de Egipto;
las doce tribus de narices era.
Érase un naricísimo infinito,
muchísima nariz, nariz tan fiera,
que en la cara de Anás fuera delito.

DIALOGO ENTRE BABIECA Y ROCINANTE by cervantes


Diálogo entre Babieca y Rocinante

"¿Cómo estáis, Rocinante, tan delgado?"

"Porque nunca se come, y se trabaja."

"Pues ¿qué es de la cebada y de la paja?"

"No me deja mi amo ni un bocado."

          "Anda, señor que estáis muy mal criado, 
           pues vuestra lengua de asno al amo ultraja."   
  "Asno se es de la cuna a la mortaja.
  ¿Queréislo ver? Miradlo enamorado." 
    "¿Es necedad amar?" "No es gran prudencia." 
  "Metafísico estáis." "Es que no como." 
 "Quejaos del escudero." "No es bastante. 
  ¿Cómo me he de quejar, en mi dolencia, 
si el amo y escudero o mayordomo
son tan rocines como Rocinantes?"

LA CIGÜEÑA by RAFAEL ALBERTI


La Cigüeña

Que no me digan a mí

que el canto de la cigüeña

no es bueno para dormir.

Si la cigüeña canta

arriba en el campanario

que no me digan a mí

que no es del cielo su canto.

Rafael Alberti

EL LAGARTO ESTá LLORANDO by FEDERICO GARCIA LORCA

EL LAGARTO ESTÁ LLORANDO

El lagarto está llorando.

La lagarta está llorando.

El lagarto y la lagarta

con delantalitos blancos.

Han perdido sin querer

su anillo de desposados.

¡Ay, su anillito de plomo,

ay, su anillito plomado!

Un cielo grande y sin gente

monta en su globo a los pájaros.

El sol, capitán redondo,

lleva un chaleco de raso.

¡Miradlos qué viejos son!

¡Qué viejos son los lagartos!

¡Ay cómo lloran y lloran, ¡ay!,

¡ ay!, cómo están llorando!

MARIPOSA by Federico García Lorca


MARIPOSA

Mariposa del aire,

qué hermosa eres,

mariposa del aire

dorada y verde.

Mariposa del aire,

¡quédate ahí, ahí, ahí!...

No te quieres parar,

pararte no quieres.

Mariposa del aire

dorada y verde.

Luz de candil,

mariposa del aire,

¡quédate ahí, ahí, ahí!...

¡Quédate ahí!

Mariposa, ¿estás ahí?

SE EQUIVOCo LA PALOMA by Rafael Alberti


Se equivocó la paloma

Se equivocó la paloma.
Se equivocaba.
Por ir al norte, fue al sur.
Creyó que el trigo era agua.
Se equivocaba.
Creyó que el mar era el cielo;
que la noche, la mañana.
Se equivocaba.
Que las estrellas, rocío;
que la calor; la nevada.
Se equivocaba.
Que tu falda era tu blusa;
que tu corazón, su casa.
Se equivocaba.
(Ella se durmió en la orilla.
Tú, en la cumbre de una rama.)
Rafael Alberti                                                                                                

lunes, 27 de octubre de 2008

LA CIUDAD SIN LAURA by Francisco Luis Bernárdez




LA CIUDAD SIN LAURA

En la ciudad callada y sola mi voz despierta una
profunda resonancia.
Mientras la noche va creciendo pronuncio un
nombre y este nombre me acompaña.
La soledad es poderosa pero sucumbe ante mi voz
enamorada.
No puede haber nada tan fuerte como una voz
cuando esa voz es la del alma.
En el sonido con que suena siento el sonido de
una música lejana.
Y en la energía remota que la mueve siento el calor de
una remota llamarada.
Porque mi voz es una chispa de aquella hoguera
que eterniza lo que abrasa.
Porque mi amor es una chispa de aquella hoguera
que eterniza lo que abrasa.
Para poblar este desierto me basta y sobra con
decir una palabra.
El dulce nombre que pronuncio para poblar este
desierto es el de Laura.
Las cosas son inteligibles porque este nombre de mujer
las ilumina.
Porque este nombre las arranca de las tinieblas en
que estaban sumergidas.
Una por una recuperan su resplandor espiritual y
resucitan.
Una por una se levantan con el candor y la belleza
que teman.
La obscuridad desaparece mientras el sueño silencioso
se disipa.
Por este nombre de los nombres hasta la muerte sin
palabras tiene vida.
Ya no resuena entre las cosas el gran torrente de las
noches y los días.
El tiempo calla y se detiene para escuchar esta perfecta
melodía.
Mi vida entera permanece porque este nombre que
recuerdo no me olvida.
Porque este nombre me sostiene con emoción desde su
tierna lejanía.
Cuando mi boca lo ignoraba, la soledad era más honda
que el silencio.
Cuando mi boca estaba muda, mi corazón era invisible
como el viento.
Se conocía que vivía por la canción que lo tenía
prisionero.
Pero vivía en otro mundo; para las cosas de este mundo
estaba muerto.
Le pesadumbre de las horas era mas íntima que nunca
en aquel tiempo.
Porque las noches eran largas; porque los días de las noches
eran lentos.
La tierra estaba más obscura porque faltaban las estrellas
en el cielo.
El manantial de donde brota la luz que alumbra el corazón
estaba seco.
¿Qué hubiera sido de mi vida sin este nombre que pronuncio
en el desierto ?
¿Qué hubiera sido de mi vida sin este amor que me acompaña
desde lejos?
Lejos está la dulce causa del corazón, de la cabeza y de la mano.
Pero su ausencia es la del río, que con la fuente que lo llora
vive atado.
Nunca he sentido como ahora la vecindad de la mujer que estoy
cantando.
Cuando el amor está presente no puede haber nada escondido
ni lejano.
La luz del fuego que me alumbra ¿no es la que alumbra el corazón
del ser amado ?
La llamarada que me quema ¿no es la del fuego en que se quema
sin descanso ?
Aunque las leguas se interponen entre nosotros, ya no pueden
separarnos.
Porque el amor que vence al tiempo no puede estar sino a cubierto
del espacio.
Entre la dicha y mi existencia la diferencia que hubo ayer se va
borrando.
El ser que nombro es el que, siendo, me da una vida sin dolor ni
sobresalto.

SONETO GRABADO EN EL TRONCO DE UN ARBOL by Francisco Luis Bernárdez


SONETO GRABADO EN EL TRONCO DE UN ÁRBOL

Aquel afán de ser, árbol amigo,
que me dejó grabado en tu corteza
fue tan grande y de tal naturaleza
que mientras vivas viviré contigo;

Pues hasta cuando el tiempo, su enemigo,
me haya borrado de tu fortaleza,
y estén muertas la mano y la cabeza
que me han dejado aquí, como testigo,

aquel afán de vida que me inflama
subirá con tu savia confundido
y, en un último esfuerzo de su ardor,

se asomará al temblor de cada rama,
al sagrado calor de cada nido
y al silencio feliz de cada flor.


imagen de la web

SONETO LEJANO by Francisco Luis Bernárdez


SONETO LEJANO

Bello sería el río de mi canto,
que arrastra por el mundo su corriente,
si dicho canto no naciera en cuanto
el río se separa de la fuente.

Bello sería el silencioso llanto
de la estrella en la noche de mi frente
si dicha estrella no distara tanto
de quien le da la luz resplandeciente.

Bello sería el árbol de mi vida
si la raíz de amor lo sostuviera
sin estar alejada y escondida.

Bello sería el viento que me nombra
si la voz que me llama no estuviera
perdida en la distancia y en la sombra.

NIÑO QUERIDO by Francisco Luis Bernárdez


Niño querido:
ya viene el sueño
Por el camino
De los luceros.

Ya se sienten
Galopar
Sus caballos
De cristal.

El sueño cruza
Tierras dormidas,
y de repente
Dobla tu esquina.

Por tu calle
Ya se ve
Su carroza
De papel.

Niño querido:
El sueño avanza
y se detiene
Frente a tu casa.

Ya levanta
Tu aldabón
Con su mano
De algodón.

Ya se oye el grillo
Que, con su llave,
Le abre la puerta
Para que pase.

y el viajero
Llega a ti.
Con su paso
de alhelí.

SONETO A ALFIO MANUNZIO by Francisco Luis Bernánrez


SONETO A ALFO MANUZIO

Firme en la majestad y en la armonía

De su maravillosa arquitectura,

Cuya seguridad serena y pura

Es más fuerte que el tiempo y su porfía,

Tu casi celestial tipografía

Alza la claridad de su estructura,

Dando cuerpo de paz y de dulzura

Al alma de la eterna poesía.

Y hace que, confundidos y abrazados,

La letra y el espíritu inflamados

Unan su voluntad y su poder,

Para vivir en el espacio frío

Y en el tiempo dramático y sombrío

Con la luz y el calor de un solo ser.

Francisco Luis Bernárdez

ESTAR ENAMORADO by Francisco Luis Bernárdez



Estar enamorado

Estar enamorado, amigos, es encontrar
el nombre justo a la vida.
Es dar al fin con las palabras que para hacer
frente a la muerte se precisa.
Es recobrar la llave oculta que abre la cárcel
en que el alma está cautiva.
Es levantarse de la tierra con una fuerza que
reclama desde arriba.
Es respirar el ancho viento que por encima de
la carne respira.
Es contemplar, desde la cumbre de la persona,
la razón de las heridas.
Es advertir en unos ojos una mirada verdadera
que nos mira.
Es escuchar en una boca la propia voz
profundamente repetida.
Es sorprender en unas manos ese calor de la
perfecta compañía.
Es sospechar que, para siempre, la soledad
de nuestra sombra está vencida.

Estar enamorado amigos, es descubrir dónde
se juntan cuerpo y alma.
Es percibir en el desierto la cristalina voz de
un río que nos llama.
Es ver el mar desde la torre donde ha quedado
prisionera nuestra infancia.
Es apoyar los ojos tristes en un paisaje de
cigüeñas y campanas.
Es ocupar un territorio donde conviven los
perfumes y las armas.
Es dar la ley a cada rosa y al mismo tiempo
recibirla de su espada.
Es confundir el sentimiento con una hoguera
que del pecho se levanta.
Es gobernar la luz del fuego y al mismo tiempo
ser esclavo de la llama.
Es entender la pensativa conversación del
corazón y la distancia.
Es encontrar el derrotero que lleva al reino de
la música sin tasa.

Estar enamorado, amigos, es adueñarse de
las noches y los días.
Es olvidar entre los dedos emocionados la
cabeza distraída.
Es recordar a Garcilazo cuando se siente la
canción de una herrería.
Es ir leyendo lo que escriben en el espacio las
primeras golondrinas.
Es ver la estrella de la tarde por la ventana de
una casa campesina.
Es contemplar un tren que pasa por la montaña
con las luces encendidas.
Es comprender perfectamente que no hay
fronteras entre el sueño y la vigilia.
Es ignorar en qué consiste la diferencia entre
la pena y la alegría.
Es escuchar a medianoche la vagabunda
confesión de la llovizna.
Es divisar en las tinieblas del corazón una
pequeña lucecita.

Estar enamorado, amigos, es padecer espacio
y tiempo con dulzura.
Es despertarse una mañana con el secreto de
las flores y las frutas.
Es libertarse de sí mismo y estar unido con
las otras criaturas.
Es no saber si son ajenas o son propias las
lejanas amarguras.
Es remontar hasta la fuente las aguas turbias
del torrente de la angustia.
Es compartir la luz del mundo y al mismo
tiempo compartir su noche obscura.
Es asombrarse y alegrarse de que la luna
todavía sea luna.
Es comprobar en cuerpo y alma que la tarea
de ser hombre es menos dura.
Es empezar a decir siempre, y en adelante no
volver a decir nunca.
Y es, además, amigos míos, estar seguro de
tener las manos puras.